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009-01 (Japón, 2013): ¿El Principio del fin?

10/09/2013

009-1-The End of the Beginning cartelEste mes de Septiembre, y coincidiendo con el septuagésimo-quinto aniversario del nacimiento de Shôtarô Ishinomori, llega a las salas japonesas un estreno muy esperado por todos los seguidores de su obra: hablamos de 009-1 -The End of the Beginning-, filme que recupera a una vieja espía (apodada Mylene) concebida por este mangaka especializado en ciencia ficción distópica y que ilustró en viñetas a mediados de los años 60 en plena Guerra Fría. Por culpa de su título, esta historieta gráfica solía confundirse con Cyborg 009, magna opus de Ishinomori que también contaba con una fémina androide con sorprendentes habilidades fruto de su conversión robótica. La confusión entre ambas protagonistas se acrecentará con este “manga-eiga”, pues el diseño artístico de la agente Mylene (interpretada por la modelo y voluminosa Mayuko Iwasa) dista mucho del que aparece en las viñetas originales y se asimila al de la Françoise Arnoul de Cyborg 009.

La Mylene de carne y hueso luce un ropaje sexy apretado de coloración rojiza chillona y cabellera larga morena, mientras que en el cómic llevaba un vestido largo, transformable en un traje gris metalizado, con ciertos detalles del diseño de tono negruzco y pelo corto y castaño. Pura estrategia comercial para relanzar un cómic que, ni de lejos, contó con el beneplácito que sí obtuvo la saga más importante de la carrera del autor y buque insignia de la factoría Ishimori (por razones que no vienen a cuento, no fue hasta el año 86 cuando el autor decidió modificar su apellido) y que a similitud de la que fundó Takao Saitô (creador de Golgo 13), conseguía colocar de forma mensual varias series surgidas de la pluma del maestro en el competitivo mercado editorial del manga.

Para contextualizar este inminente estreno veamos cuáles son las bases del material original en el cual se apoya:

009-1-The End of the Beginning - manga vol.2 edició japonesaEl manga fue publicado en el semanario Manga Action (el mismo donde aparecieron por primera vez las tiras cómicas de Shin Chan) de la editorial Futabasha entre 1967 y 1970, retornando brevemente en 1974 para poner final al relato original. Algunos interpretaron este manga como un spin-off de Cyborg 009, que había arrancado tres años antes y ya contaba con un primer arco argumental cerrado. De hecho, algunos de los androides de esta serie aparecían en el último segmento de 009-1 como “guest stars”. El autor quiso arraigar su historia en el concepto de la guerra armamentística y espacial que mantenían las dos potencias mundiales, es decir, Estados Unidos y la Unión Soviética; una guerra entre el capitalismo desaforado y un comunismo en vías de forzada e ilusoria expansión europea, algo que para los nipones resultaba extraño de comprender pero que para la ciencia ficción de la época era un caramelo muy dulce. Para distanciarse de la realidad y aportar un granito exótico al contexto de contienda bélica subversiva entre esas dos potencias, lo que hizo Ishinomori fue variar ligeramente la distribución geográfica mundial, agrupando las naciones en dos bloques: la del Este y la del Oeste. Ahora puede parecer muy reduccionista, pero en el momento de su creación todos los autores explotaban esta división como “leit motiv” argumental principal para sus obras. Ishinomori no era la excepción, más bien el potenciador de esta excusa para afianzar los scripts de sus mangas, pero en éste, en concreto, aportó un aliciente superlativo extraordinario: creó el J-Country (léase Japón), una especie de nación puente que ejercía de arbitraje entre ambos bloques, como unas Naciones Unidas en forma de Estado. Forjador de sociedades ficticias indeseables dentro de sí mismas, el autor quiso empezar el cómic como si fuera una vieja película de espías; puro thriller conspirativo que arrancaba con la protagonista formando ya parte de uno de los diez comandos de la “Zero Zero Organization” (una élite de agentes del bloque occidental que encaraba misiones de contraespionaje en el bloque oriental), siendo su mayor baza de combate unas ametralladoras de 9mm situadas en sus dos pechos. He aquí el origen de su título y concepto anatómico que ya había explotado en Jinzo Ningen Kikaidâ, otro cómic suyo con grupo de androides que debía hacer frente a la amenaza del sempiterno “mad doctor”, y cuyo máximo protagonista lucía una guitarra en mano en una clara alusión al movimiento psicodélico musical de la época (del que el mangaka era seguidor). En total constituían un grupo sólido de doce agentes, destacando la número 7, que se apodaba Mia Connery y era británica, en un claro homenaje al James Bond interpretado por Sean Connery y que por aquel entonces contaba con un séquito de fanáticos que adoraban su figura en el país del Sol Naciente. Ishinomori era un cinéfilo empedernido y por este motivo esta historieta surgió de la fascinación que le suscitaban el cine negro de los años 50, las intrigas de espionaje de las novelas pulp y, como no podía ser de otra manera, de la saga literaria y cinematográfica del personaje más popular de Ian Fleming.

009-1-The End of the Beginning promo_blogEn pleno furor por las series “sentai” y la expansión de toda la magia del “tokusatsu” (esos efectos especiales artesanales que iniciaron su andadura de forma primitiva en el teatro kabuki y que Eiji Tsuburaya desarrolló y perfeccionó en el filme fundacional de Godzilla, de 1954, y su posterior éxito televisivo Ultraman), 009-1 contó precisamente con una primeriza versión en imagen real en forma de TV Dorama, cuando el manga estaba alcanzando su cénit dramático. La serie fue producida por la compañía Toei y fue emitida por la Fuji TV entre los meses de Octubre a Diciembre de 1969. En total fueron 13 episodios que, con sus limitaciones presupuestarias, se adentraban en las vicisitudes de esta espía artificial. No fue hasta 2006 cuando los herederos de Ishinomori (recordemos que este autor falleció prematuramente en 1998 de un ataque cardíaco tres días después de celebrar su sexagésimo aniversario) a través de su compañía impulsaron una mini serie de anime de 12 episodios, más un capítulo especial disponible únicamente en formato doméstico y con una espléndida sinfonía de Taku Iwasaki, que se adecuaba al hipotético período de la Guerra Fría que se plasmaba en el manga, pero con una animación que se nutría de las técnicas más avanzadas en CGI.

Por lo que se puede desprender de sus primeras imágenes, el largometraje que ahora se presenta, y que ha sido comandado por Koichi Sakamoto (todo un experto en “tokusatsu”), nos mostrará los orígenes de Mylene, la manera en cómo se desenvuelve para resolver un caso de trata de inmigrantes en el J-Country y cómo se enamora de un joven con el que no podrá consumar su amor, pues debe rescatar al profesor que teóricamente la construyó y que ha sido secuestrado por el Bloque del Este, aunque todo sea una conspiración para iniciar una guerra entre ambas potencias políticamente enfrentadas por el control de la supremacía mundial. A pesar de la superficial lectura política, completamente anacrónica y desfasada en los tiempos que corren, se espera que 009-1 -The End of the Beginning- se decante por la pura artificiosidad, partiendo de la base de que la productora la está promocionando como un blockbuster que debería iniciar con fuerza la campaña otoñal de cine comercial empaquetado en el país de los cerezos en flor. Si el pasado año Kenji Kamiyama ofrecía la interpretación definitiva de la macro saga de hombres sintéticos en 009 Re: Cyborg en forma de animación (película que, por cierto, podrá verse en Sitges 2013), ahora Koichi Sakamoto aportará su peculiar lectura de esta envalentonada mujer, que siempre ha sobrevivido a la sombra de las magnas obras de Ishinomori y ahora busca reivindicar su puesto como heroína robótica dentro de su universo “retrofuturista”.

Por nuestro colaborador Eduard Terrades Vicens            

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