El olvido, el recuerdo, la memoria del pasado… Sin duda, todo esto es importante para Genki Kawamura, director de A Hundred Flowers, su opera prima como realizador. Y ha sido importante para él desde hace ya tiempo, puesto que en su novela “Si los gatos desaparecieran del mundo” (publicada en 2012) ya se revelaba este hecho: un misterioso personaje (¿ángel/demonio?) proponía al joven cartero protagonista, al cual le acaban de diagnosticar una enfermedad terminal, alargar un día de vida por cada objeto animado o inanimado del que se fuera deshaciendo. El joven comenzará a desechar enseres materiales como su móvil, su colección de películas, y así, hasta llegar a su gato Col… Es entonces cuando se da cuenta de algo: cada vez que elimina algo de su vida, elimina también el recuerdo que va asociado a ese objeto/ser, recuerdos que lo han conformado como quien hoy es… ¿Podrá dejar sus memorias atrás para así robarle tiempo a su enfermedad? ¿Tendría entonces verdadero significado su vida?
![](https://www.cineasiaonline.com/wp-content/uploads/2023/06/解禁用現場スチール-2-1024x682.jpg)
Alzhéimer y otras coincidencias
Los recuerdos y su transcendencia… La novela (traducida y publicada en nuestro país), se trasladaría en 2016 al cine (con guion del propio Kawamura), un film en el que participaría la actriz Mieko Harada, protagonista de A Hundred Flowers.
Años más tarde, en 2019, Kawamura, en un pretendido homenaje a su abuela fallecida, que tuvo que lidiar con la enfermedad del alzhéimer, escribía la novela “Hyakka”, de la cual acabó escribiendo el guion de la película que nos ocupa, y que terminaría dirigiendo. La carambola llegaba cuando en 2020, la actriz Mieko Harada (artista mítica del cine clásico japonés a quien todos recordamos por el personaje de Lady Kaede en Ran de Akira Kurosawa) estrenaba en cines en Japón, en plena pandemia, un documental dedicado a su madre, sobre el proceso de transformación que ésta sufrió al ser diagnosticada con alzhéimer. Kawamura acudió al estreno del film; la conexión era clara… El resultado final: A Hundred Flowers.
Así pues, la película, que tendría su premier mundial en el Festival de San Sebastián del año pasado, con la asistencia al certamen del realizador y la actriz, consiguiendo alzarse con la Concha de Plata al mejor director, ¿es una película sobre el alzhéimer? Sí, pero con matices.
![](https://www.cineasiaonline.com/wp-content/uploads/2023/06/IMG_7733-2-1024x683.jpg)
La transcendencia de la memoria
Si bien es cierto que seguimos los pasos del deterioro mental de Yuriko Kasai (Mieko Harada), una madre con una relación algo tensa y distante con su único hijo (interpretado por el actor Masaki Suda), no menos importante son los recuerdos que este hijo atesora acerca de la relación con su madre: unos recuerdos que marcan su tirantez y su rencor hacia su progenitora. Pero ¿y si esos recuerdos que cree indelebles en el tiempo y, a su parecer, absolutamente fiables resultan no ser tan reales como él piensa?
Y es aquí donde radica el verdadero propósito del film al que Genki Kawamura intenta acercarnos, y lo hace a través de dos memorias: la de una madre que va a olvidar (hermoso y ciertamente original cómo el director describe, cinematográficamente hablando, el deterioro progresivo de la mente de Yuriko); y la de un hijo que no deja de recordar.
A Hundred Flowers es un bello, delicado e intimista primer trabajo detrás de las cámaras (ya lo único que le faltaba después de una importante carrera como productor, escritor y guionista) de Genki Kawamura. No saldremos indiferentes después de su visionado.
Por Gloria Fernández