Muchas veces, cuando asistimos al estreno de una película, nos es difícil imaginar el proceso de producción por el que ha pasado. Es tal la envergadura de muchas de las mega-producciones tanto hollywodienses como asiáticas, que uno duda de que más de dos personas se conozcan o puedan mantener una conversación de más de dos minutos a lo largo del rodaje. Después de ver la frescura con la que se suceden los 88 minutos de En Otro País, uno puede imaginar la aventura que supuso rodar esta película, y la forma en la que todo el equipo se implicó en ella. Hemos elegido a la veterana actriz francesa Isabelle Huppert como hilo conductor a través del que queremos desengranar algunos de los aspectos que hicieron posible este film: desde el encuentro fortuito entre la actriz y el director coreano (similar a los encuentros y desencuentros que se viven en las películas de Hong Sang-soo), pasando por el proceso creativo (de la idea al tratamiento, y del tratamiento al guión que se escribe día a día), o las localizaciones (el espectador, al asistir a una película del realizador coreano, tiene la sensación de que conoce el lugar que está viendo, y eso tiene mucho que ver con la búsqueda previa que Hong sang-soo realiza, a la par de las repeticiones o variaciones sobre el mismo tema que se viven en sus películas).
Vamos a pasear durante unos momentos por el universo que Hong Sang-soo ha creado en la elaboración de En Otro País.
El trabajo con los actores: la participación de Isabelle Huppert en el proyecto.
Todo empezó cuando Isabelle Huppert se encontró con Hong Sang-soo durante la celebración de una retrospectiva sobre el cineasta que acontecía en la Filmoteca de París. La actriz francesa ya le conocía gracias a una amiga de ambos, la directora de Una Mujer en África, Claire Denis. Unas semanas después, Isabelle viajaba a Seúl, para asistir a una exposición fotográfica en la que había participado, y volvió a encontrarse con el realizador. Se encontraban ambos en un restaurante de Seúl bebiendo ‘makgeolli’ (vino de arroz coreano elaborado con cerveza), un escenario muy adecuado para los personajes que habitan en las películas de Hong Sang-soo. Casi en tono de broma, de forma casual, el director le comentó a la actriz: «Estoy a punto de comenzar a rodar una nueva película. ¿Te gustaría participar en ella?» La reacción de Isabelle no se hizo esperar: «¡Sí!», contestó sin apenas un segundo de vacilación.
“Su enfoque es muy poético”, dice Isabelle Huppert. El director le mandó varios correos electrónicos desde entonces, donde describía minuciosamente a los tres personajes que la actriz debería interpretar. “Durante el rodaje éramos ocho personas. Se trataba de una producción muy pequeña con un equipo minúsculo, que vivía el día a día: todos comíamos juntos en el mismo restaurante y dormíamos en la casa blanca que sale en la película… Incluso llegamos a rodar una escena en la habitación donde yo dormía”.
Las localizaciones: la simplicidad del naturalismo de Hong
La actriz Isabelle Huppert se dejó seducir por un proyecto que no tenía un guión definido, pues estaba encantada de jugar al juego que el director le proponía: viajar a un pueblo de playa, Mohang, en Corea del Sur, durante una temporada muy lluviosa y vivir tres papeles en uno. «Yo no conozco todas sus películas, pero creo que siempre funciona de la misma manera. Hong Sang-soo empieza con la búsqueda del lugar donde quiere plantear la acción. Visita diferentes localizaciones hasta que encuentra el pueblo que ha imaginado. Sólo en ese momento escribirá en primer planteamiento del guión”. Los films son para el director como una aventura en la que se enfrasca desde que empieza a buscar exteriores, pasando por el rodaje, donde gran parte de lo que sucede será nuevo tanto para el realizador como para los actores, hasta finalizar en la sala de montaje.
Trabajar a contracorriente: con un tratamiento y no con un guión
A diferencia del cine americano, donde la improvisación no se deja ni para los test screenings previos al estreno, a diferencia de la mayor parte del cine coreano (eminentemente comercial y estandarizado), el cine del realizador coreano Hong Sang-soo tiene sus particularidades. Y una de ellas afecta a la producción de la película, ya que el guión se va creando día a día, durante el rodaje del film.
Posiblemente algunos actores no se adaptarían a los rodajes poco ortodoxos de Hong Sang-soo, pero Isabelle Huppert describe la experiencia como “inspiradora”. “Cada mañana escribía el guión y cada noche nos hablaba de las escenas. Me pareció una forma maravillosa de hacer una película”, explica la actriz. “No me limité a trabajar con él, viajé con él. No sólo me interesó viajar geográficamente, sino también por su mundo mental”.
El idioma: el extraño desconocido
Otra parte más de la aventura en la realización de En Otro País fue la barrera idiomática. Todos los actores hablaban en coreano, mientras que la actriz Isabelle Huppert sólo podía interactuar con ellos en inglés, lo cual producía un cierto aire de extrañeza al conjunto. La actriz francesa también había tenido que echar mano del inglés durante el rodaje de Captive, el pasado año, la película que la unió con el filipino Brillante Mendoza.
La actriz se refiere a este «lost in translation» que vivió durante el rodaje del film, y que sin duda contribuyó a reforzar su papel: “En Corea me encontraba sola, pero aún y así, me sentí a gusto, como una extranjera fuera de su país. Hablar en inglés, todavía reforzó más esta sensación de lejanía”. El rodaje fue muy íntimo, ya que al director coreano le gusta estar cerca de los actores y realizar primeros planos. Sólo fueron unas pocas semanas de rodaje, que como los viajes, pasaron a la vez rápidas, a la vez lentas.
Por Enrique Garcelán
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