El día de llegada a un gran festival es un tanto caótico: maletas que se hacen y deshacen, repaso al recorrido diario (que te tocará andar y desandar a lo largo de los próximos días), comprobar que tu móvil no funciona (por el bien de tu bolsillo, y para la desgracia de Movistar)… Si a todo eso añades que las cadenas de otro país tienen al tuyo en pantalla por la condena de un juez, todo se hace aún más extraño: ¿vivo en España te preguntas? Como si se tratara de tu particular Lost in Translation, decides apagar la televisión del hotel y te dices a ti mismo, ¿por qué? Lástima de no tener a Mourinho a mano para que te eche una mano con la respuesta.
Berlín se prepara para el inicio de una de las grandes citas del año. Por aquí desfilarán a lo largo de los próximos días Angelina Jolie, Robert Pattinson, Antonio Banderas, Diane Kruger, Uma Thurman, Michael Fassbender, Christian Bale o Meryl Streep, que recogerá un Oso de Oro honorífico. Dentro de unas horas, el Berlinale Palast se vestirá de largo para asistir a la gala inaugural que contará con la producción franco-española Les Adieux à la Reine de Benoît Jacquot.
Pero mis planes son otros… De hecho, no creo que pise en ningún momento el Berlinale Palast. ¿Me acompañáis?
Empezar un festival con la proyección de la última obra del Studo Ghibli es algo difícilmente superable para alguien que se crió viendo los capítulos de Heidi en familia. From up on Poppy Hill (Goro Miyazaki, 2011), la que muchos califican como la segunda oportunidad de un hijo para ganarse la confianza de su padre, se convirtió el pasado año en la película japonesa más vista del año con unos 56 millones de dólares de recaudación. Adaptando el manga de los 80, Kokurikozaka Kara de Tetsurō Sayama, el film nos retrotrae al Japón de inicios de los años sesenta (previo a la celebración de las Olimpiadas del 63). A una época en la que Japón buscaba recuperarse de las heridas de una gran guerra. Y lo hace a través de la historia de dos estudiantes, que forman parte de ese nuevo Japón que se está fraguando, y a su historia de primer amor. Goro Miyazaki y su padre (que ha participado en la escritura del guión) nos ofrecen una mirada nostálgica del Japón de posguerra, bañada de referencias impresionistas y un tratamiento exquisito de los fondos. ¿La veremos próximamente en España?, me pregunto.
Para alguien que descubrió el cine tailandés gracias a Fun Bar Karaoke (1997) o 6ixtynin9 (1999), es todo un acontecimiento iniciar el Festival de Berlín, tras su pase por la animación del Studio Ghibli, con un thriller firmado por la mano de Pen-Ek Ratanaruang. Desde que escuché las primeras noticias acerca de Headshot, las ganas de ver el film han ido en aumento. De una sinopsis surrealista que adapta la novela «Rain Falling Up The Sky» de Win Leowarin: la historia de un asesino a sueldo que se despierta tras permanecer dos meses en coma con la particularidad de que de repente se da cuenta que lo ve todo al revés, es decir, literalmente, de arriba abajo; a un trailer que te plantea aún más dudas que el argumento principal. ¿Tendré que ver la película del revés…?, me pregunto. Me vienen a la cabeza las imágenes de Last Life in the Universe, y me digo que, ¿por qué no? Hay que sumergirse en el mundo de Ratanaruang… a pesar del mareo. Eso sí, echo en la bolsa una pastilla de Biodramina, por si las moscas.
Para terminar el día toca viajar a Taiwán. El viaje merece la pena, porque allí me espera Wei Te-Sheng (realizador conocido internacionalmente gracias a su nostálgica, dramática y musical Cape Nº 7), y que ahora presenta la épica Warriors of the Rainbow: Seediq Bale. Basada en hechos reales, el film se centra en los acontecimientos que tuvieron lugar en la isla de Formosa (la actual Taiwán) durante los años treinta, en la masacre de cerca de 300 aborígenes que se rebelaron contra las fuerzas coloniales japonesas. Un esfuerzo de producción enorme, que llevó a su director a trabajar trece años en el proyecto, hasta que finalmente alcanzó la financiación suficiente para llevarlo a cabo. La película se alzó con la mayoría de los galardones el pasado 26 de Noviembre en la 48 edición de los Golden Horse Awards. Me apunto una ‘x’ en la libreta. A este paso, lo voy a tener claro… Seleccionar es siempre difícil, y con estas películas, la tarea va a ser complicada.
Las primeras luces del Festival empiezan a encenderse. Los críticos empiezan a llegar. El certamen está a punto de empezar… Bueno, para el resto. Para mí empezó hace unas horas. Ahora toca ducharse, comer alguna cosa, no encender la tele, y empezar a escribir… ¿Cómo narices voy a titular esta primera crónica…?, me pregunto. Mientras busco la respuesta, sin embargo, me quedo dormido.