Ficha Técnica: Año: 2011 País: Japón Director: Kozo Morishita. Duración:111 m. Género: Animación. Guionista: Raiko Yosida. Música: Michuri Oshima. Lanzamiento en DVD y BluRay: 25 de Julio. Distribuida: Mediatres Estudio (Cameo Media)
Antes de comenzar con esta crítica de Buda: el Gran Viaje quiero dejar constancia de que soy de ese grupo de personas que no ha leído el manga de Osamu Tezuka en el que se ha inspirado la película. Quizás este hecho sea importante a la hora de valorar mejor o peor la película, pues es más que evidente que no conozco al detalle los entresijos y la profundidad que el maestro dio a su obra, donde el exotismo, la aventura y la reflexión conviven en esta historia eterna que ha cautivado a diferentes generaciones.
Buda: el Gran Viaje nos traslada hasta la antigua India, donde la vida transcurre entre la sequía, el hambre, la guerra constante y las injusticias del estricto sistema de castas. En medio de todo eso, el nacimiento del joven príncipe Siddhartha parece ser el punto de inflexión que muchos estaban esperando. Tras notar su presencia, un joven monje es enviado para encontrar al pequeño que está destinado a ser el rey del mundo. Un niño que cambiará la vida de los que están a su alrededor. «Buda» bifurca su camino en dos bandos con dos personajes diferenciados, para finalmente verse conectados a lo largo del metraje: por un lado el del joven príncipe Siddharta, nacido en el seno de una familia de alta casta (nobles) y que parece estar destinado a tener un gran papel en el mundo. Por otro lado, el camino del joven Chapra, nacido en el seno de una familia pobre y que está cansado de tener que robar y mendigar para poder sobrevivir y ayudar a su madre (de una casta inferior que es utilizada como esclava).
Ambos deberán descubrir cual es el camino que sus vidas les tiene destinados…pero ese camino sólo podrán ir construyéndolo ellos mismos a través de sus actos. Siddhartha no comprende que siendo todos iguales existan las castas y que unos sean tratados mejor que otros, al igual que no le gusta ver las injusticias o el dolor ajeno. El chico tiene muy buenos sentimientos, de eso no cabe duda alguna. Chapra por el contrario, dentro de su buena voluntad, sabe que para poder ascender dentro de los suyos debe hacerse valer…y que mejor que aprovechar la oportunidad que se le pone frente a sus ojos en un momento determinado. No importa cambiar de bando siempre que con eso pueda optar a tener una mejor vida, para poder ayudar a su madre y en un futuro, poder vengarse de todos aquellos que abusaron de su poder.
Mientras tanto, un tercer personaje conforma este peculiar trío de niños con el que se inicia la película: Tatta, un pequeño (que curiosamente no crece físicamente en toda la película, mientras que para el resto de personajes el tiempo sigue su curso) que tiene la capacidad de proyectar su alma en el cuerpo de los animales. Desde luego, un personaje que personalmente me ha llamado la atención y que podría haber dado muchísimo más juego (que quizás dé en las siguientes entregas). La película se encuentra entre esas películas de animación que te deja un sabor agridulce, pues tiene muchos puntos a su favor que se ven debilitados por otros aspectos que bajan el nivel del conjunto. Su director, Kozo Morishita, ha hecho un buen trabajo a grandes rasgos. Nos encontramos con una cinta que no se hace para nada pesada en cuanto a duración (111 minutos) gracias en gran parte a una magnífica animación (que sin llegar a la calidad de otros estudios de animación cumple con su cometido), donde la gama cromática tiene un papel muy marcado, tanto en los paisajes y decorados como en todo lo que rodea a los personajes (ropa, accesorios y otros elementos).
Los diseños (obra de Hideaki Maniwa y Shinko Yuki) están muy elaborados. Hay que destacar la magnífica utilización de la luz durante todo el metraje. Aún siendo un título de animación cargado de color y que rebosa magia y misticismo por sus cuatro costados, no se duda a la hora de mostrar aspectos más desalentadores sin pudor alguno, desde la miseria a la violencia. No hay mayor problema a la hora de reflejar la crudeza que la vida nos tiene deparada. Realidades de la vida que están muy presentes y gracias a las cuales nuestro protagonista tomará la decisión de abandonarlo todo por comenzar a buscar su camino.
Un camino que lo llevará a conocer más allá de donde han querido explicarle, que le ayudará a comprender el por qué de una vida tan injusta para muchos, donde la muerte puede llegar a convertirse en algo positivo; Siddhartha intentó ayudar a su gente como príncipe, pero se sentía perdido y consumido por las dudas. La frase «Todo humano nace, envejece y muere» se nos repite en varias ocasiones. La muerte nos aguarda a todos. Nadie puede escapar de la agonía de la vida. Nadie puede escapar del sufrimiento: «Nacemos con dolor, a través de un estrecho y oscuro canal. Después, aprendemos a sobrevivir y sobrellevar el paso de los años y las enfermedades. Y al final, nos seres humanos debemos enfrentarnos al miedo a la muerte».
Pasado, Presente y Futuro…el mensaje está bastante claro: la gente sufre durante toda su vida, pero el peor sufrimiento no es el dolor físico, sino el camino erróneo de la vida. Intentar forzar las cosas hacia el camino que queremos tomar, eso es lo que causa el verdadero sufrimiento. Se dice que aquel que sienta el dolor ajeno como propio, será capaz de encontrar su camino en la vida… De ese modo, el joven Siddhartha emprendió su viaje. Pero eso fue mucho antes de que se le conociera como «Buda, el iluminado».
Si el aspecto visual es importante en la animación, más aún lo es que la trama consiga atraparnos y envolvernos…el guión, de Reiko Yoshida, está bastante bien enfocado con respecto a la temática que se trata en la película, con unos diálogos bastante conseguidos y de bastante profundidad. El problema es que dentro de ese guión nos encontramos con personajes muy desaprovechados, que podrían haber aportado mucho más y que nos dejan con la sensación de que su papel ha sido escaso y puntual.
A su favor hay que decir que es genial que se nos muestre sin pudor alguno la lucha de clases, las diferencias sociales y como hay que luchar por aquello que se quiere conseguir. El drama es más que evidente y se aprecia el sufrimiento y el sentimiento que Sidhartha padece. Pero claro, el principal problema -desde mi punto de vista- es que el protagonista de esta historia debería ser Siddhartha Gautama (Buda) y por desgracia, queda relegado a un segundo puesto durante gran parte de la cinta. Hay que matizar que no es una película sobre la figura de «Buda», sino una película sobre la infancia y juventud que llevará a Siddhartha a convertirse en él. Mención aparte se merece la banda sonora compuesta por Michiru Oshima («Fullmetal Alchemist- El conquistador de Shamballa», «Godzilla, Mothra, Mechagodzilla: Tokyo S.O.S») y el tema principal de la cinta, «Scarlet Love Song» interpretado por X-Japan y compuesto por Yoshiki.
Lo mejor: El diseño de personajes, la animación -especialmente durante las batallas-, el toque sobrenatural y la banda sonora. El final de la cinta, que nos da esperanzas de ver algo mejor en las siguientes entregas.
Lo peor: La sensación de que hay personajes muy desaprovechados.
Por nuestro colaborador Salva Navarro (Blog Visual)