Ficha Técnica: País: Corea del Sur Año: 2011 Director: Jeong Yong-ki Con: Kim Joo-hyeok, Lee Yoon-ji, Lee Si-yeung, Oh Jeong-se, Kong Hyung-jin. Género: Comedia Romántica Dur: 110 min.
Suele pasar con el cine coreano: los posters engañan. Lo mismo que cuando vemos en el póster a una pareja sonriente y la cosa termina con enfermedades terminales y nosotros con el pañuelo en la mano; aquí vemos corazones y unas cuantas parejas, y hasta el «Couples» del título, nos llevan a pensar que se trata de una comedia romántica: pues no, esto es una adaptación a la coreana de la comedia de enredo A Stranger of Mine del japonés Kenji Uchida, y además una adaptación bastante buena. En este caso, el marketing del film le habrá hecho un flaco favor ya que la película se merece mucho más que dos semanas en el top ten del box office surcoreano; es divertida, está bien realizada a pesar de venir de la mano de un director de dudoso bagaje (dos entregas de la saga Marriying the Mafia indican reincidencia), y tiene buenas interpretaciones.
Couples mantiene la mayor parte de la trama original, aunque trasladándola al estilo y el carácter coreano. Nuestro protagonista es Yoo-suk, el dueño de una cafetería cuya prometida desapareció sin mediar palabra dos meses atrás. Su amigo, el detective caradura Bok-nam, le está echando una mano para encontrarla, pero su vida cambia una mañana cuando se cruza en su camino Ae-yon, una agente de policía solitaria, con la que sufre como rehén un robo en el banco.
Lo mejor que hace la película es esa adaptación al carácter coreano de la historia original, en la que vemos los acontecimientos desde varios puntos de vista, con lo que a través de cada personaje vamos completando el puzzle de lo que realmente pasa. Como comedia de enredo es magnífica, y al mantener la estructura intacta, sigue funcionando, lo que cambia es la actitud de algunos personajes (esta vez el protagonista no es un ‘salary man’ de carácter introvertido y un tanto patético, sino un tipo al que le ha dejado la novia sin más), y algunos detalles como el papel del “detective privado” y el jefe mafioso, que parecen salidos de cualquier thriller de esos que tanto nos gustan, algo con lo que también juega la película.
El otro gran punto a favor es el casting del film, en el que Kim Joo-hyeok (The Servant) está realmente bien como el desdichado protagonista, la adorable Lee Yoon-ji (Dream High) sigue dando pasitos adelante en su carrera con su primera película desde que debutara en Dead Friend, la modelo/actriz/boxeadora Lee Si-yeong (Wild Romance) está insoportable como la manipuladora novia del protagonista y Oh Jeong-se (Petty Romance) hace un buen trabajo como el amigo detective y caradura. Mención especial para Kong Hyung-jin (Taegukgi–Lazos de Guerra) como el jefe mafioso que debe de mantener su imagen de tipo duro por encima de todo.
La película juega constantemente con el tema de las parejas, y cada vez que acaba una de las partes del film, aparece una pareja diferente y desconocida hasta ese momento, explicando, en una especie de entrevista, cómo se conocieron o cómo se enamoraron. Esa pareja son los personajes que comienzan la siguiente escena, en la que alguna casualidad o accidente de cualquiera de los cinco personajes protagonistas de la película influirá en su destino. La historia está realmente bien enlazada, y como comdia funciona de maravilla, además de consolidar el “mensaje” de la película: la fuerza del destino, y cómo del hecho más insignificante o casual puede aparecer esa persona que nos cambie la vida. Quizás se quede a medio camino entre la comedia romántica y la comedia de enredo para el que espere una cosa u otra, pero la mezcla resulta muy fresca y divertida, con un ritmo que se mantiene durante todo el film sin bajones.
Aconsejamos de todas formas ver el film original, que también es excelente. No se trata de un film indispensable, pero sí que os alegrará la tarde.
Lo mejor: la adaptación de la obra original al carácter coreano.
Lo peor: que puede pasar desapercibida como una comedia romántica al uso.
Por nuestros colaboradores Víctor y Patricia de El Pozo de Sadako