Cerramos nuestro repaso a la quincuagésima edición del Festival Internacional de Cine de Róterdam hablando de dos secciones donde siempre hay una gran presencia asiática pero cuyos premios siguen resistiéndose: la competición ‘Ammodo Tiger’ de cortometrajes y la sección ‘Big Screen’, cuyo máximo premio solo lo ha podido ganar una película asiática en sus nueve ediciones, la singapurense Pop Aye en 2017. Este año le han faltado los premios al cine asiático, pero no la calidad, con una gran variedad en sus propuestas que puede satisfacer a cualquier espectador.
Sección ‘Big Screen’: Originalidad y género de viejos conocidos
La sección ‘Big Screen’ sigue expandiéndose a pesar del contexto pandémico y este año se amplía a catorce títulos que van desde el documental al cine erótico, pasando por una adaptación de Shakespeare con una relectura LGTBI. Si en la sección ‘Tiger’ hablábamos de nombres desconocidos, aquí nos encontramos con varios directores que regresan, entre ellos el taiwanés Chen Hung-I (The Last Painting), a quien pudimos conocer en el Festival de Granada-Cines del Sur, y el japonés Yoshida Kota (Come as You Are), que vuelve al certamen diez años después de presentar el cortometraje Kyojima 3rdSt., Sumida City.
Empecemos el repaso justamente por Yoshida Kota, que presenta Sexual Drive (2021), una de las propuestas más originales que hemos podido ver este año en el Festival, un filme erótico en el que no hay ninguna escena de sexo explícita. El director explora deseos sexuales ocultos a través del diálogo y primeros planos absolutamente sexualizados de personas comiendo a cámara lenta. Una película que funciona sorprendentemente bien y que además es muy divertida.
También desde Japón -el único país con más de un representante en la competición- llega otra propuesta muy original, pero por motivos totalmente distintos. Aristocrats (2021), de la joven directora Sode Yukiko (Good Stripes), es una película que nos cuenta la historia de dos mujeres de contextos totalmente distintos, que se conocen porque una de ellas está manteniendo un affair con el marido de la otra. Lo realmente interesante es el enfoque que plantea la directora, enfatizando la sororidad entre dos personajes femeninos completamente distintos pero que se enfrentan a una misma discriminación por su género. Un filme que disecciona la sociedad tokiota contemporánea con precisión y que demuestra una gran madurez narrativa.
Viajamos de Tokio a Taipéi para la siguiente película, muy interesante también desde el punto de vista del género y dirigida por Chen Hung-I, a quien ya hemos mencionado, y Muni Wei, directora de teatro que debuta en el cine. As We Like It (2021) es una adaptación de la obra de Shakespeare que lleva el mismo título, una comedia que relata la historia de amor entre Orlando y Rosalind, que se conocen con esta última disfrazada de hombre. La gran particularidad de la película es que la pareja protagonista está interpretada por dos mujeres, una inversión de lo que sucedía en la época de Shakespeare, en la que las mujeres no podían actuar en obras de teatro. As We Like It (2021) es entretenida y muy divertida, con muchos guiños a la cultura pop y un tono cercano a Scott Pilgrim vs the World (2010).
Los márgenes luchando contra injusticias: The Last Farmer y Drifting
Pasamos de la comedia al drama para hablar de dos obras que demuestran una gran convicción política: The Last Farmer (2021), del indio M. Manikandan (The Crow’s Egg) y Drifting (2021), la segunda película del jovencísimo hongkonés Jun Li (Tracey).
Mayaandi es el último campesino en un remoto pueblo en el estado de Tamil Nadu, en el sur de la India. Su tranquila vida se ve interrumpida cuando es injustamente acusado de matar a tres pavos reales, el símbolo nacional de la India. The Last Farmer narra la lucha de Mayaandi contra esta injusticia, siendo una parábola sobre la pérdida de las costumbres actualmente en la India y el afán capitalista de impregnar toda la sociedad de una lógica neoliberal basada en el beneficio económico.
Drifting (2021) también nos habla sobre una injusticia, el caso real de un grupo de sin techos que fueron maltratados por la policía de Hong Kong en 2013, echándolos del lugar donde estaban viviendo y derribando absolutamente todas sus propiedades. Jun Li retrata la lucha de estos personajes marginados por la sociedad con gran humanismo y sensibilidad, mostrando sus momentos más tristes y duros, pero también los más tiernos. Además, es una película de gran actualidad, en la que resuenan las protestas de Hong Kong del año 2019 -que, de hecho, se estaban produciendo durante el rodaje, aunque no aparecen- en las que la sociedad hongkonesa, al igual que los protagonistas de Drifting, también dijo “basta”.
No todo es ficción: Las brujas de Oriente
Por último, finalizamos el repaso de la sección Big Screen con The Witches of the Orient (2021), documental del director francés Julien Faraut (In the Real of Perfection) sobre la selección japonesa de voleibol durante la década de los 60, que tras arrasar en el Mundial de 1962 se las apodó las “brujas de oriente”. El director mezcla de forma muy efectiva material de archivo -usado de formas muy creativas-, entrevistas en la actualidad con las protagonistas e imágenes del anime Attack no. 1, serie que llegó a España en los 90 bajo el título de La panda de Julia. En definitiva, es un testimonio de uno de los grandes hitos de la historia del deporte, un grupo de jóvenes trabajadoras de una fábrica que aún posee el récord de victorias consecutivas en su deporte con la impresionante cifra de 258.
Competición de cortos: el lugar para la experimentación
Acabamos esta crónica hablando de un par de cortometrajes vistos en la competición ‘Ammodo Tiger’, en la que siempre se pueden encontrar obras experimentales y muy arriesgadas de directores jóvenes con hambre por darse a conocer. De los cortos asiáticos que pudimos ver, destacaría por encima de todos: The Women’s Revenge (2021) del taiwanés Su Hui-Yu, un homenaje a las Black Movies taiwanesas de los años 80. El director recupera todo un imaginario visual y lo transforma por completo demostrando un magistral dominio del lenguaje iconográfico con referencias cinéfilas e incluso bíblicas. Por otro lado, otra propuesta de gran interés es la vietnamita The Eternal Springtime (2021), una obra muy personal en la que una madre le cuenta a su hijo la historia de su vida. Una obra con claros ecos de Apichatpong Weerasethakul (Uncle Boonmee recuerda sus vidas pasadas), sin la arrolladora fuerza visual del trabajo de Su Hui-Yu, pero absolutamente hipnotizante.
No es una despedida, es un hasta junio
Nos despedimos así de esta edición aniversario del Festival de Róterdam, la primera vez que CineAsia cubre este emblemático festival europeo para el cine asiático. Pero no se trata ni siquiera de un “hasta el año que viene”, ya que en junio llega la segunda mitad del Festival, dedicada principalmente a repasar la rica historia del certamen, en la que seguro que podremos ver a importantes nombres dentro del panorama de cine asiático contemporáneo. Cómo en esta ocasión, desde CineAsia os lo contaremos todo. Así pues, hasta junio, Róterdam.
Por Josep Santcristòfol