La 37ª película de la franquicia de Godzilla —33 si contamos solo las películas producidas por la Toho— y que conmemora el 70 aniversario del monstruo nacido de las cenizas de Japón, no sólo es una de las mejores películas de toda la saga, sino que se erige como la más grande película filmada sobre monstruos hasta la fecha. Ni más ni menos.
Godzilla ruge de nuevo
Cuando Toho recuperó a Godzilla en 2016 con la muy recomendable Shin Godzilla dirigida por Shinji Higuchi, era consciente de que no podría volver a producir un nuevo film antes de 2020, debido a su acuerdo con Legandary Pictures, que en esos momentos estaba produciendo sus propios films de Godzilla. Pero la espera ha merecido la pena.
El gran acierto de la nueva propuesta es en parte mérito del director. Takashi Yamazaki es un especialista en la integración de los efectos especiales dentro de la narrativa de una película —ya lo hizo a lo largo de la serie Always: Sunset on Third Street, donde rendía homenaje a Godzilla en la secuencia inicial de la segunda parte—. En Godzila Minus One la primera vez que aparece Godzilla en pantalla, la sensación de miedo te invade, porque crees, imaginas, piensas que el monstruo es real. Otra cosa es escuchar su rugido. Alimentado por su cinefilia, el director buscó las grabaciones del Godzilla de Ishiro Honda (el original, el de 1954), y las amplificó con una tecnología que puede llegar a hacerte temblar.
La vuelta al origen
Decía un arquitecto catalán —un tal Antoni Gaudí—, que la originalidad consistía en volver al origen. Como un alumno que respeta al creador original del monstruo, Yamazaki se mira en el espejo de la película que inauguró la serie de Godzilla. Recordemos que la película de Honda es un film terrorífico, en blanco y negro, que dejó a los espectadores pegados a la pantalla. El pueblo japonés acababa de perder una guerra y el sentimiento tras ver la película tuvo que ser trágico. Godzilla Minus One regresa a la época negra del Japón post imperialista, aunque su prólogo tiene lugar en 1945, días antes de que estalle la primera bomba atómica sobre Hiroshima. Un inicio en el que el director presentará una de las historias más emotivas que va a construir el relato: el deseo de morir de un piloto kamikaze que ha sido incapaz de cumplir su objetivo.
De la misma manera que Always: Sunset on Third Street (2005), Yamazaki nos mostraba la posguerra en un barrio de Tokio, Godzilla Minus One, nos adentrará en uno de estos barrios tokiotas, cerca de la estación de tren y del muelle de carga. Allí malvivirán tres personajes que esconden su pasado: el piloto kamikaze Kōichi Shikishima —al que da vida Ryunosuke Kamiki, ni más ni menos que el niño protagonista de La Gran Guerra Yokai—, y la joven que carga con un hijo de otra mujer que ha muerto en los ataques aéreos —la actriz Minami Hamabe, que también participó en Shin Kamen Rider—. Junto a ellos, arropándolos como si se tratara de los hijos que ha perdido en la guerra, se encuentra Sumiko —la siempre impresionante Sakura Ando que ha protagonizado este mismo año Monster de Hirokazu Koreeda—.
Este trío de personajes forman el alma de la película. A través de ellos el espectador se emocionará, reirá o sufrirá por su futuro. Porque Godzilla no quiere dar ninguna tregua. Ni al Japón imperialista que está a punto de capitular, ni a la ciudad de Tokio, que todavía no ha recibido los efectos devastadores de la guerra. El monstruo hará su entrada en la ciudad por la bahía, y el cuerpo del espectador sufrirá una descarga. Como la que lanza el monstruo con la pantalla en silencio. Nunca Tokio o el barrio de Ginza habían sido destruidos de tal manera. Y tras la destrucción… seguirá un rugido. Y después asistiremos al descarrilamiento del tren a cargo de Godzilla. Una espectacular secuencia que remite al original de 1954, y a Parque Jurásico y a Tiburón de Steven Spielberg. Y en cierta manera, a La princesa Mononoke de Hayao Miyazaki.
Por primera vez una película de Godzilla es número uno en USA
Han tenido que pasar 70 años para que Godzilla arrase en la taquilla americana. En 1954, cuando se estrenó Godzilla en Japón, la película fue alterada, tanto en la temática como en el elenco de actores, añadiendo a algún protagonista, como Raymond Burr —que más tarde saltaría a la fama en la serie Perry Mason—, para su estreno, dos años más tarde, en 1956, en Estados Unidos, bajo el título de Godzilla, King of the Monsters!, un film codirigido por Terry O.Morse e Ishiro Honda.
Godzilla Minus One acumula 26 millones de dólares en la cartelera americana, y esta misma semana se ha colocado en el primer puesto en varias ocasiones. En Japón, el éxito ha sido arrollador, colocándose la película de Yamazaki entre las cinco más vistas del año y con potencial de crecimiento.
La despedida
Takashi Yamazaki ni desmiente ni afirma, cuando se le pregunta por una presunta secuela. Eso sí, la guerra —epicentro del nacimiento y de la destrucción de Godzilla—, parece que no vaya a tener fin en nuestro mundo —Estado Palestino, Israel, Ucrania, Rusia… y podríamos seguir contando—. Pero no sería justo si no apuntara una última recomendación al espectador: ‘no te levantes de la sala hasta que no se apague el proyector’.
Cuando ruge Godzilla… hay que escucharle.
Una crítica de Enrique Garcelán (CineAsia)