Penúltimo día de festival que se nos escurre entre las manos y penúltimo diario que escribo del D´A. No puedo más que comenzar a tener una sensación extraña de progresiva tristeza ante lo que se atisba como implacable final de una semana de ensueño. Qué cinéfilo empedernido no disfrutaría con dos sesiones diarias de buen cine a perpetuidad. Pues en esa quimera hemos vivido los que hemos podido disfrutar de la primera edición de un certamen, que, ya se puede decir, ha pasado con notable alto su puesta de largo (siempre queda algún fleco por apuntalar, pero en líneas generales ha resultado un evento digno del aplauso de todos). Pero bueno, hoy aún no es día de conclusiones, sino de apurar todas las buenas propuestas que aún nos quedan por ver. Quien se acerque en este último fin de semana al festival que sepa que puede encontrarse con una delicia en 3D, Cave of Forgotten Dreams de Werner Herzog, film que acaba de inaugurar el Documenta Madrid 2011 y que se introduce en las Cuevas de Chauvet, Francia, que guardan las pinturas rupestres más antiguas conocidas hasta la fecha, 30.000 años ocultas bajo las rocas. También, y tirando un poco para casa, se puede disfrutar en su segundo pase en el festival de los films asiáticos Oki’s Movie, Hi-So y Apart Toguether; aunque si los gustos tiran más por el cine de habla hispana, se proyectarán Post Mortem y Por tu Culpa. El film que clausura esta primera edición del Festival de Cinema d´Autor, El Extraño Caso de Angélica de Manoel de Oliveira se podrá ver en sesión especial hoy sábado a las ocho y media y mañana domingo a las seis y media de la tarde.
Seguramente es la primera vez que voy a hablar sobre una película de un director que ya ha cumplido más de 100 años. Creo que si una persona a esa edad todavía tiene la capacidad de ponerse detrás de una cámara para explicarnos una historia filmada nada malo se puede decir de él. Y sino, invito a cualquiera que me lea a que se haga la hipotética pregunta de ¿qué estaremos haciendo nosotros si llegamos al centenario? En mi caso doy por sentado que la lucidez y la clarividencia se habrán esfumado por completo, porque ya con cuarenta años la cosa va así, así…
Pues con 102 años recién celebrados el portugués Manoel de Oliveira rodó este El Extraño Caso de Angélica (2010), y no os creáis que estamos hablando de su testamento filmado. El Matusalén de los realizadores en activo ya está preparando su nuevo trabajo, que llevará por título A Igreja do Diabo, y que tendrá como protagonistas a Fernanda Montenegro y Ricardo Trepa. En el film que nos ocupa, la actriz que encabeza el elenco actoral es nuestra Pilar López de Ayala, quien de vez en cuando abandona su carrera más comercial para actuar a las órdenes de realizadores considerados autorales, como ocurrió hace unos años cuando rodó En la Ciudad de Sylvia de José Luis Guerín. Aquí da vida (o mejor dicho da muerte) a una chica de un pueblo vinícola de Portugal que acaba de fallecer. Isaac (Ricardo Trepa) es un fotógrafo con un misterioso pasado que recibe un insólito encargo en mitad de la noche: fotografiar a la fenecida para conseguir captar la esencia de la belleza de un rostro que está a punto de desaparecer. El film se erige poderoso en la meditación en silencio magistral sobre la delgada línea entre el presente y el pasado, y entre este mundo y el siguiente. Incluso después de llevar medio siglo haciendo películas, Oliveira sigue dispuesto a asumir riesgos y explorar cuestiones que el resto de directores ni siquiera se plantean. El film, hay que reconocerlo, es lento de narices, rayando el límite del exceso de contemplatividad, pero hay tanto amor y poesía en lo que se nos explica, que se puede perdonar el superávit de hieratismo y parsimonia que ralentiza el desarrollo de la trama. Un film diferente, en cuanto parece más propio de otra época (tampoco vamos a pedirle ahora peras al olmo, y Oliveira no está para rodar películas de acción extrema), pero que enternece y te deja con esa sensación de que hay miradas profundas que con el avance tecnológico en el cine se han ido disipando y desapareciendo.
Por otra parte, la finlandesa Bad Family de AleKxi Salmenpera, puede que haya sido uno de los films más flojos vistos durante el festival. Avalada por la producción de Aki Kaurismaki, poco tiene que ver con el cine del afamado director finlandés, caracterizado por ofrecer un cine intenso que aquí brilla por su ausencia. Puede ser que existan algunos aspectos de la cultura escandinava que se nos escapen, pero lo cierto es que es una cinta que deambula en terreno de nadie entre la comedia de situación, el drama familiar y que incluso se atreve a filirtear con el gore. La trama nos presenta a un juez que, suponemos por una cuestión de defecto profesional, intenta mantener el orden y el concierto en su hogar. Entonces aparece en escena la hija de su ex-esposa recién fallecida, quien alterará toda la rutinaria paz familiar de forma impredecible. Bad Family trata directamente el tema de la familia disfuncional y sus tragedias interiores, en su mayoría originadas por la ineficaz comunicación entre sus miembros. El problema es que el dibujo de los personajes es demasiado inconsistente, carecen de la fuerza necesaria para que mostremos interés por sus vicisitudes, ya que no hay nada en sí mismos que nos pueda parecer relevante. Tampoco ayudan la saturación de primeros planos con los que el director parece estar invocando a maestros como Dreyer o Bergman. Aunque puede resultar un recurso eficaz para representar emociones internas, aquí no llega a cumplir su objetivo porque no se utiliza con la moderación debida. En definitiva, una propuesta tan inexpresiva como el rostro de su protagonista, quien con su mirada sombría es el único que transmite algo de emoción al desangelado conjunto.
Y mañana toca despedida, sabremos la película que finalmente se ha llevado el gato al agua y aún tendremos tiempo para comentar un par de films más: la china Apart Toguether y la estadounidense Cold Weather.
Bona nit!
Francisco Nieto
Cineasia