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EICTV doceavo y treceavo día: Molina Ferozz se come a My Sassy Girl

21/01/2012

Después de un miércoles en el que la comedia romántica coreana tocó fondo en la Isla de Cuba, con una deserción histórica de los espectadores (alumnos) que acudieron a la proyección de My Sassy Girl (Kwak Jae-young, 2001): una velada nocturna que finalizó con dos personas en la sala: una estudiante iraní y el que ahora os lo cuenta… De vuelta a la habitación, uno no sabía bien cómo encarar la recta final del taller de Corea del Sur en la Escuela. ¿Hubiera sido mejor traer alguno de los films que el cinéfilo Kim Jong-il había realizado en sus modestos estudios cinematográficos de un millón de metros cuadrados en Pyongyang a lo largo de la década de los ochenta?, pensaba mientras la oscuridad me envolvía.

El jueves, coincidiendo con mi treceavo día en la Isla, obtuve la respuesta. Y ésta me vino de mano de uno de los jóvenes talentos de la cinematografía coreana, Na Hong-jin. The Chaser se convirtió así en una de las proyecciones más celebradas de todas las realizadas a lo largo de estas dos semanas. Los únicos que se levantaron a lo largo de la película visitaron el baño y regresaron puntualmente a la sala. El thriller le había ganado la partida a la comedia. Y para colmo… alguno de los asistentes ya tenía referencias del director. Uno de ellos, recién venido de un viaje a Barcelona, me comentó: “¿No será el director de The Yellow Sea…? Durante mi estancia en Barcelona fui varias veces a los cines Verdi, y el tráiler que más me llamó la atención fue este…., aunque por desgracia no pude quedarme al estreno.”

Pero el día había comenzado antes…

Por la mañana, después de mi frugal desayuno (evito adjuntar foto por aquello de no crear distorsión alguna entre lo que escribo y la realidad), había asistido a la inauguración de la exposición fotográfica “Hechos de Gente” del fotógrafo y próximo estudiante de la Escuela, Alejandro Menéndez Visa. Una mirada parcial (se exponían 15 de los 50 originales) a una serie fotográfica realizada por el autor para una agencia de prensa extranjera. Miradas del pueblo de Cuba, ráfagas de una realidad existente y muchas veces no contemplada por el turista (que apenas si sale de su oasis de fantasía en los resorts de Varadero, o en sus visitas guiadas por la Habana Vieja). Me quedo con la instantánea bautizada con el nombre de “Promesas”, donde vemos el rostro de un padre que carga a su hijita. Una historia bella, de esperanza, de fe… la que se esconde tras la instantánea. La promesa de un hombre a su mujer moribunda. Una promesa de conseguir los medicamentos para la hijita que cargaba… a punto de morir, como la madre, a causa de una infección y a la ausencia de antibióticos. Ese día el hombre le hizo una promesa a su mujer: si la niña sobrevivía, cada año acudiría el 17 de Diciembre, día de San Lázaro, al Rincón, el Lourdes cubano. Y hacía allí se dirigía el hombre… instantes antes de que el flash de la cámara de Alejandro captara el momento.

Tras el viaje fotográfico me aguardaba otra sorpresa. Asistir a la premiere del primer largometraje de Jorge Molina (un film de 2010, que no ha tenido distribución oficial en los cines… pero que ha gozado de una distribución disco a disco entre el pueblo cubano). Me sentí afortunado. Disponer de una sala de proyección para mí solito no es algo que me suceda frecuentemente (de hecho no me había pasado nunca). Así que cuando se apagaron las luces y arrancó la proyección me dispuse a vivir mi aventura. ¡Y menuda aventura que viví!

Molina Ferozz, primer largo del celebrado actor co-protagonista de Juan de los Muertos, es una revisitación en clave de terror y sexo (no necesariamente por este orden) del cuento de Caperucita Roja. 90 minutos donde la perversión y sensualidad (algunos ilustres de la televisión matinal española hablarían de pornografía) se dan la mano para presentarnos a una Caperucita guajira, más interesada en vivir una aventura con el lobo, que recoger florecillas silvestres camino a casa de la abuelita. Abuelita, a la que en un homenaje a los clásicos rusos, interpreta un galán cubano con dientes afilados. Película prohibida en Inglaterra (una escena en mitad del metraje donde Caperucita utiliza un juguete sexual para dar rienda suelta a sus fantasías, no fue bien visto por la protectora de animales), es una ópera prima bizarra, a contracorriente, realizada desde las entrañas, que seguro que dejará en un producto Disney a la nueva recreación del cuento que se está haciendo en Hollywood. No apta para paladares refinados.

Toca ir despidiéndose. Hoy es mi penúltimo día en la Escuela, y quedan muchas cosas por hacer. No sé si tendremos una nueva cita con este diario de abordo. En todo caso, ya sea desde San Antonio de los Baños, o a mi regreso a Barcelona… reviviremos los últimos momentos de un cineasiático en Cuba.

Hasta entonces… disfrutad del fin de semana.

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