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El cine indio: más allá del cine de Bollywood

16/06/2016

La industria del cine de la India es la más importante del mundo en términos numéricos en cuanto al volumen de largometrajes y cortometrajes anuales. Dos datos nos llevan a esta conclusión: en primer lugar, India contabiliza el 73% de los ingresos por la edición de películas en la zona de Asia-Pacífico y, por otra parte, los ciudadanos indios son los ciudadanos del mundo que más acuden al cine, con cifras record que han alcanzado los mil millones de personas en tres meses, índice favorecido por al bajísimo coste de las entradas, que apenas alcanzan los 17 céntimos de euro por persona.

Foto-21A su vez, en los últimos años, el cine indio se ha extendido al resto del mundo con algunos éxitos, sobre todo en países con un gran número de ciudadanos indios inmigrantes. De ahí el hecho de que muchos de los estrenos importantes, se den a la vez en India y en Gran Bretaña, donde la comunidad india es muy importante. Cada vez la red de estrenos es más amplia, ofreciéndose estrenos limitados en diferentes localidades europeas (en los últimos años, algunos de los estrenos indios se han proyectado en nuestro país, durante el fin de semana de estreno: un ejemplo a destacar es el cine Girona en Barcelona).

En este caso nos estamos refiriendo al cine popular indio, conocido  con el nombre de Bollywood (aunque en sentido estricto nos estaríamos refiriendo a las películas comerciales que se producen anualmente en Mumbai, la antigua Bombay). Bollywood produce unas 250 películas anuales y es el principal productor nacional de cine, pero existen otros estudios de cine comercial en la india. Por lo general el resto de cine popular indio se estructura por regiones:

son of sathya murthy posters 2– El segundo productor nacional es Tollywood, con unas 200 películas anuales, un cine procedente de la región de Andhra Pradesh, al sur de la india, y grabado en lengua Telugu.

– También al sur se encuentra la región de Tamil Nadu, otro de los centros de cine de la India con unas 130 producciones anuales, grabadas en su mayoría en la zona de Kodambakam, por eso recibe el nombre de Kollywood. El cine de Kollywood es el segundo en distribución dentro de la india y uno de los más exportados al sur y sudeste asiático, ya que en muchas de esas zonas se habla el Tamil como idioma principal.

– A continuación tenemos el cine Kannada, procedente de la ciudad sureña de Bangalore, con unos 75 films anuales.

Este es el cine que más se consume en India. El que más se produce. Pero, ¿existe otro cine indio… más allá de Bollywood?

Visiones en paralelo: haciendo un poco de historia.

SatyajitRay-e1413294299453El “cine paralelo” no es un fenómeno reciente. Hoy día el término se ha estandarizado como sinónimo del cine de arte y ensayo, independiente o de bajo presupuesto, fuera de los géneros populistas. Bollywood produce cientos de películas al año de características comunes desde la llegada del sonoro. A finales de los años 40, y con la aparición de las escuelas oficiales de cine, se empieza a fraguar un divorcio entre un sector de los nuevos talentos y los cánones convencionales. Muchos jóvenes aspirantes a directores no quieren ser como Raj Kapoor, sino convertirse en Rossellini o Vittorio de Sica.

Así como el cine comercial de Occidente siempre ha ejercido una influencia directa en las historias a mostrar de Bollywood (algo que continúa vigente en la actualidad), los movimientos artísticos del cine europeo fueron de capital importancia para el nacimiento de una hornada de inquietos visionarios, cuyas películas se hermanaban estilísticamente con los prefectos del neorrealismo italiano primero y posteriormente de la nouvelle vague francesa. Satyajit Ray se erigió como uno de los máximos exponentes de un movimiento panindostánico, que no se limitaba a confinarse dentro de las fronteras naturales del cine regional, logrando acaparar la atención de festivales en busca siempre de lo poco convencional, principalmente, del continente europeo. Pese a que su reconocimiento nunca llegó a la popularidad del creador de la Trilogía de Apu, las películas de Ritwik Ghatak o Mrinal Sen también ayudaron a colocar en el mapa a ese nuevo modo de retratar la realidad cotidiana.

four-womenEn los años 60, el cine de autor se reinventa a sí mismo, naciendo la llamada nueva ola del cine indio, apoyándose en la financiación de estamentos oficiales que garantizaban su difusión, y que veían con buenos ojos una alternativa al cine popular que ayudara a su expansión en Occidente, limitada por las características tan idiosincrásicas de su cine comercial (las mismas que hoy le abren las puertas). Shyam Benegal encabeza la lista de directores de Bombay que logran repercusión, con películas ya patrimonio de la historia del cine como Ankur (1973), una feroz crítica al sistema feudal que aún imperaba en ciertas zonas de la península. Su operador de cámara habitual, Govind Nihalani, años antes de crear su célebre tercera vía (un modo de hacer matrimonio entre los aspectos prototípicos del cine masala con elementos de crítica social realistas, cuyo ejemplo más evidente es Dev), llamaría la atención del aficionado con crónicas políticas tan arriesgadas como Aakrosh (1980) o Party (1984). El resto de cinematografías regionales, como la malayalam, la tamil o la bengalí (en las que reina en las pantallas una versión de Bollywood habitualmente de menor presupuesto y con ocasionales incursiones de talentos de Bombay), aportaron nombres tan importantes como los de Adoor Gopalakrishnan, Girish Kasaravalli o Aravindan.

El cine de la India desde fuera de la India

POSTER-GANGS-OS-WASSEYPUR-1En contraste con la buena salud del cine de Bollywood, la visibilidad internacional del cine indio es hoy menor que nunca. Si echamos una mirada a la base de datos del Ministerio de Cultura, nos es difícil encontrar estrenos en nuestra cartelera (recordemos que el último, Gangs of Wasseypur, no llegó a ser visto por más de 300 ó 400 espectadores, siendo una de las grandes películas del año). Uno de los fenómenos más característicos de la época de los noventa ha sido la aparición de un contingente de películas indias rodadas por cineastas expatriados, dentro o fuera del país, en inglés o en hindi. A este grupo de realizadores se les conoce como cineastas NIR (“non Indian residents”, indios que residen fuera de su país). Un grupo de realizadores que visitan festivales internacionales y cuyas películas llegan regularmente a las carteleras europeas. Es, por así decirlo, la forma en la que se hace visible en nuestro país “India”.

589db-monzon6Mira Nair es quizá el caso más conocido: la autora de Salaam Bombay (1988), probablemente el único éxito internacional del cine indio de aquellos años, al que después seguirían Mississipi Masala (1991), Kamasutra (1996), y que Nair remataría en el 2001 con el León de Oro en el Festival de Venecia con La boda del Monzón, película con la que nos cambió la percepción internacional. Junto a ella habría que añadir a la británica Gurinder Chadha que cultiva un cine mucho más popular y cuyo máximo exponente fue Quiero ser como Beckham (2002), donde nos plantea la situación y vivencias de la comunidad india en Gran Bretaña, a Deepa Mehta, la autora de la trilogía de los elementos formada por Fire (1996), Earth (1998) y Agua (2005), a la que ha seguido Cielo (2010), y evidentemente, dentro de este grupo incluiríamos a un cineasta como Pan Nalin, que ha estado presente en la cartelera española desde 2001 con films como Samsara (2001) o Ayurveda (2003), vistas por más de 60.000 espectadores.

165-cartel-7-diosasPese a su acercamiento al cine popular indio, el estilo  de estos realizadores difiere radicalmente de todo aquello que el espectador occidental espera ver en una producción de Bollywood. Sus películas gozan de una limitada exhibición en la India donde, al igual que sucede en estas tierras, las salas de versión original de Mumbai ofrecen una panorámica de títulos europeos y asiáticos de inquietudes artísticas y difícil catalogación. Entre esas paredes encuentran su vía de expresión jóvenes directores que no se sienten identificados con las características explícitamente comerciales de Bollywood, y que prefieren narrar historias de emigración, soledad o desesperación, aunque también de vidas cotidianas que sobreviven en el día a día de un mundo que no siempre es tan color de rosa como en las películas de Bollywood.

A partir del miércoles 22 de junio tenéis la oportunidad de disfrutar de esa otra mirada que tiene el cine indio de mostrarnos su gran diversidad cultural. Pan Nalin en esta ocasión se ha centrado en la mujer, para hacerla protagonista de una película en la que ofrece una radiografía del papel que esta ocupa en la sociedad contemporánea. 7 Diosas según palabras del propio Pan Nalin «es una de las primeras películas en poner a las mujeres indias de la sociedad moderna actual en el corazón de la historia»

Un reportaje de Juan Guardiola y Enrique Garcelán

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