Navegando en el mar creado por Hong Sang-soo. Cuando uno habla de una película de Hong Sang-soo antes de su estreno, no tiene por qué preocuparse demasiado si se le escapa un spoiler. Sabemos que lo esencial de sus films no es la historia en sí sino la manera de contarla. El decimotercer largometraje de Hong, En Otro País (2011) respeta enteramente la naturaleza cinematográfica del director, así que, de entrada, no hay grandes sorpresas. De hecho, la mayor parte del reparto son ya viejos conocidos de films anteriores de Hong, a excepción de la protagonista: la mismísima Isabelle Huppert.
Una madre y su hija huyen de las deudas económicas a un pueblo pesquero llamado Mohang. La hija, una estudiante de cine (personificada por Jung Yu-mi, que también había interpretado a Oki en Oki’s Movie) escribe tres guiones y, en ellos la protagonista, Isabelle Huppert, interpreta a tres diferentes personajes, llamados por el mismo nombre, Anne: la primera, una directora de cine; la segunda, una mujer casada con un francés y al mismo tiempo enamorada de su amante coreano; y la última, una francesa abandonada por su ex-marido, el cual tiene una amante coreana. Las tres historias construyen la evolución del amor: la primera trata de la incomunicación en el principio del enamoramiento; la segunda, la fantasía onírica en pleno auge del amor; la última traza un doloroso desenlace del amor y el comienzo de uno nuevo. De esta manera, los tres relatos dibujan el círculo del amor constatando la regeneración del mismo.
Para la protagonista Isabelle Huppert, seguramente Corea era un “otro país” extraño. Menos la actriz francesa, el resto del reparto es coreano. La comunicación entre ellos no debía de ser muy fluida puesto que los actores coreanos chapurrean el inglés (como la mayoría de los coreanos en realidad). Sin embargo, todos los actores, absolutamente todos, encarnan sus papeles con total soberbia. La naturalidad interpretativa mediante la cual se identifica a cada uno de los personajes asombra al público. La armonía y la química entre los actores, y la dirección magistral del realizador se reflejan cabalmente en la calidad interpretativa.
Hong sang-soo no formula las preguntas típicas acerca de “¿qué es la vida?” o “¿cómo tenemos que vivir? En vez de plantearnos esas preguntas tan existenciales de un modo estereotipado, Anne va a preguntar al vigilante de playa (Yu Jun-sang): “¿Dónde está el faro? No sabemos por qué Anne busca el faro, aunque al final abandona la búsqueda. Mientras tanto, Anne experimenta un amor fugaz, la confusión amorosa y el dolor de un desamor. Además, observaremos que los personajes pierden algo que intentan recuperar. Ese ‘algo’ puede ser una botella de soju o un paraguas o una persona o… el sentido de la vida. Nosotros no sabemos si podemos encontrar o no el sentido de la vida, pero lo que está claro es que debemos seguir buscándolo.
En definitiva, en En Otro País Hong Sang-soo intenta reflejar el mar de la vida poniendo énfasis en la estructura experimental, la sinfonía armónica del elenco y el existencialismo. No obstante, recomendamos que cada espectador se deje llevar por sus propias emociones y navegue en el mar de En Otro País.
Por nuestra colaboradora Jiyoung Youn