El pasado domingo cerraba sus puertas la 13 edición del Festival Nits de cinema Oriental de Vic, dedicado como todos sabéis exclusivamente al cine asiático y con un carácter lúdico, popular y familiar que encandila a sus espectadores. La Bassa se ha convertido un año más en el epicentro de un festival que va más allá de la pura experiencia cinematográfica reuniendo cada vez más aspectos de la cultura asiática en su programación paralela de actividades, con la gastronomía como uno de sus puntos fuertes. Un año más hemos disfrutado del cine, dando visibilidad a títulos de todo el continente asiático que de difícil forma podríamos llegar a ver, pero también con un ambiente inmejorable.
El palmarés final refleja completamente el carácter de una programación más variada que nunca, incluyendo entre los galardonados dos títulos de China y uno de Japón, pero con estilos y temáticas muy distintas. El premio del jurado formado por los directores Reji Hosino y Cho Kyu-jun, fue para la tragicomedia japonesa The Mohican Comes Home de Shuichi Okita (The Woodsman and the Rain) por “su puesta en escena tranquila y expresiva, con una delicada narrativa que quiere agradar al público sin traicionar su espíritu autoral.” La crítica por su parte eligió unánimemente premiar a la película china Old Stone, un drama social muy crítico con el sistema sanitario del país que se termina convirtiendo en un thriller. El público por su parte quiso premiar con el Gato de la Suerte del festival a Ip Man 3 de Wilson Yip, la saga protagonizada por Donnie Yen en que interpreta al maestro de Bruce Lee, un film que navega más que nunca entre el drama familiar y la acción de las artes marciales, por delante de dos producciones indias que volvieron a dejar alucinados a los espectadores, el film de acción Baaghi y la ciencia ficción de 24.
Esta edición del festival ponía su foco en Japón, con el Kaiju Eiga, el cine de monstruos gigantes como gran leit motiv con una retrospectiva que el público ha disfrutado como niños, viniendo acompañada de la publicación del libro Kaiju: Cuaderno de campo de Eduard Terrades, con el que conocer más a fondo el bestiario radioactivo que puebla uno de los géneros por antonomasia del cine japonés.
Les Nits han vuelto a crecer, en público y espacios. Hasta 9000 Nitòmens han pasado tanto por el Cinema Vigatá, centro principal de las proyecciones, como por La Bassa que reúne otro componente principal de Les Nits como la gastronomía y sus cenas temáticas antes de las proyecciones al aire libre. Pero también por el resto de espacios a los que este año hemos sumado aún más, y es que el pueblo se ha vuelto a volcar con el festival participando en las numerosas actividades paralelas, muchas de ellas pensadas para los más pequeños. El futuro del festival parece asegurado tanto con el compromiso de las instituciones, como por el público.
Después de vivirlo de manera completa, solo podemos decir que contamos los días hasta que llegue el próximo verano, y poder disfrutar del cine asiático más reciente en un ambiente inmejorable. Os lo recomendamos.