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FICX 52. Brillante Mendoza: retratando la realidad filipina

23/11/2014

Aunque sólo con algo más de doce largometrajes en su carrera, alrededor de cuarenta premios y la participación en más de setenta certámenes internacionales avalan la trayectoria y el trabajo del realizador filipino Brillante Ma. Mendoza. Desde que en 2005 con su primera película, Masahista, ganara el Leopardo de Oro en el Festival de Locarno, las miradas de programadores de festivales y críticos cinematográficos apuntaban de nuevo a Filipinas, como ya hicieran en la década de los 70 cuando el director filipino Lino Brocka irrumpió en el panorama del cine mundial con un cine de autor combativo y novedoso, y se convirtió en la raíz vital del llamado Nuevo Cine Filipino, junto a otros nombres como Ishmael Bernal o Mario O’Hara. Casi treinta años después, y cuando parecía que los postulados de la Nueva Ola de cine autoral filipino se habían extinguido por completo, llegaban nuevas voces que recogían el testigo tendido en su día por Brocka o Bernal y, de entre ellos, el que con más fuerza caló en el panorama internacional de mediados de la década del 2000 fue, sin ninguna duda, Brillante Mendoza, al que luego siguieron nombres como Lav Diaz o Raya Martin con trabajos y metodologías bien distintas.

PORTADA definitiva2«Sólo soy un director que cuenta historias sobre gente ordinaria en situaciones extraordinarias«

«Quiero informar, educar y convencer a la gente para que tome conciencia respecto a la degradación de los valores humanos y del medio ambiente«.

Con estas dos declaraciones ya nos podemos hacer una idea de hacia dónde apunta el director filipino Brillante Ma. Mendoza en sus películas. Heredero de la tradición fílmica de Lino Brocka y otros exponentes de la Nueva Ola de cine filipino de la década de los setenta, Mendoza es, sin lugar a dudas, el cineasta proveniente de Filipinas más reconocido internacionalmente tanto por programadores de festivales como por críticos cinematográficos. La retrospectiva planteada por el 52º Festival Internacional de Cine de Gijón y la edición del libro Brillante Mendoza: retratando la realidad filipina pretende acercar la figura del director y rendirle así un humilde homenaje. Un libro coordinado por CineAsia y en el que han participado firmas como Mirito Torreiro, Juan Guardiola, Luis Miranda, Beatriz Martínez y Desirée de Fez.

Mendoza comienza su carrera a mediados de los años ochenta, después de estudiar publicidad, como diseñador de producción y director artístico en películas de directores como Celso Ad. Castillo o Peque Gallaga, a los que considera sus mentores y, aunque con su primera película Masahista (2005) ya ganara un premio importante en el Festival de Cine de Locarno, sus primeros pasos en la industria cinematográfica filipina fueron, cuanto menos, imprecisos en la búsqueda de su propia manera de narrar y de historias que contar. Así, de la sauna gay de Masahista pasamos al drama familiar de Kaleldo/Summer Heat (2006), a la denuncia de las carencias educativas en su Pampanga natal con Manoro/The Teacher, o a la capitular Pantasya, divertimento en tono erótico dividido en cinco segmentos. Y aunque en esta época de aprendizaje y descubrimientos ya reconocemos rasgos que luego conformarían su manera de hacer habitual, no sería hasta el 2007 con Foster Child y las películas que le siguieron en los dos ó tres años siguientes cuando establece ya su diario de ruta: el retrato y la denuncia de los pesares que aquejan a la sociedad contemporánea filipina, basando sus historias casi siempre en hechos reales y con las calles de Manila como telón de fondo, no sólo como escenario, sino casi como un personaje más.

FestivalSitges_005A Foster Child, que se proyectó en la Quincena de Realizadores del Festival de Cannes, le siguió el mismo año Tirador, un fresco sobre los trapicheos y la delincuencia en los barrios marginales de la capital. Pero fue en 2008 con Serbis que Brillante Mendoza consiguió definitivamente el reconocimiento internacional tanto de programadores como de crítica. Este paseo por un día cualquiera de una familia que regenta un cine porno en la ciudad de Angeles, le sirvió para ser la segunda película en la historia del cine filipino en competir en la sección oficial de Cannes. Y casi como si de la noche y el día se tratasen, en 2009 llegarían dos nuevos films: Kinatay, un descenso a los infiernos en toda regla que ganó el premio al mejor director en el ya dicho certamen francés; y Lola, una cinta bastante más conciliadora… A partir de aquí, Brillante Mendoza se convirtió en un imprescindible de las citas internacionales donde hemos podido dar cuenta de sus últimas historias como Cautiva (2012), única película del director estrenada en España, Thy Womb (2012) o Sapi/Possession (2013).

El director filipino llega esta semana a Gijón donde presentará varias de las películas que componen su retrospectiva, además de ofrecer una clase magistral el jueves 27 de noviembre al público interesado en conocer su obra, y su forma de entender el cine.

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