Los títulos asiáticos del Festival de este año
El Festival Internacional de Cine de Róterdam (IFFR) está de aniversario: cincuenta ediciones promocionando cine independiente de todos los rincones del mundo, dando énfasis al cine oriental desde su concepción en el año 1972. Directores muy reconocidos en la actualidad como Jia Zhangke (Naturaleza muerta), Takashi Miike (First Love) o Apichatpong Weerasethakul (Tropical Malady), se catapultaron a la fama internacional gracias a su paso por Róterdam, que les puso en el mapa del circuito de festivales europeos y norteamericanos.
La edición de este año viene marcada por el contexto de pandemia mundial, que ha obligado a que se celebre en formato híbrido -proyecciones presenciales y online limitadas geográficamente a los Países Bajos-, y dividido además en dos partes: la primera, del 1 al 7 de febrero, será cuando podamos ver las películas a competición; la segunda, del 2 al 6 de junio, pretende ser una celebración de las cincuenta ediciones, repasando su historia y organizando charlas con figuras relevantes que han pasado por el Festival.
En este avance hablaremos de las películas asiáticas que van a competir en las secciones “Tiger” y “Big Screen”, las dos secciones clásicas del certamen, que este año vienen cargadas de propuestas interesantes a pesar de la difícil situación que estamos viviendo desde hace casi un año.
Sección “Tiger”: los grandes nombres del futuro
Empecemos comentando la sección “Tiger”, la más emblemática del Festival y cuyo palmarés ha estado dominado siempre por extremo oriente, especialmente en los últimos años, con The Widowed Witch (2018) -que después ganaría el Festival de Las Palmas-, Present. Perfect. (2019) y The Cloud in Her Room (2020) alzándose, cada una de ellas respectivamente, con el premio a la mejor película de la sección en las últimas tres ediciones. En la selección de este año, tan solo tres de las dieciséis candidatas son asiáticas, pero prometen dar mucho que hablar.
Bipolar (2021) es el primer largometraje de Queena Li, directora de cortometrajes y publicidad, graduada en la Academia de Cine de Pekín y que posteriormente amplió su carrera académica en el Reino Unido. La película también supone el debut como actriz de Leah Dou, hija de la famosa cantante y actriz ocasional Faye Wong (Chungking Express), que interpreta a una joven que decide realizar un peregrinaje a Lhasa, capital del Tíbet, sin saber muy bien el motivo de su viaje. Sus planes cambian tras ver una langosta en un diminuto acuario en el restaurante de su hotel. El camarero le asegura que se trata de una langosta sagrada, que crece solo con la luz del faro de la isla de Ming. En este punto la película se convierte en una road movie con reminiscencias al cine de Pema Tseden (Balloon) y con un evidente toque “occidental”. Sueños, alucinaciones y recuerdos se entremezclan en este fascinante viaje onírico en blanco y negro, un carnaval de apariciones fantasmáticas que poco a poco devuelven a la protagonista a una realidad de la que lleva tiempo huyendo.
También en blanco y negro es la tailandesa The Edge of Daybreak (2021), una de las propuestas que a priori parece más arriesgada e innovadora. Se estrena como director de largometrajes de ficción Taiki Sakpisit, director de cortometrajes experimentales y vídeo artista, que lleva desde hace más de diez años presentando cortos y vídeo instalaciones por festivales y museos de todo el mundo. Pasado y presente se confunden en esta pesadilla monocromática que, a través de la historia personal de una familia cualquiera y una acción mínima, explora momentos clave en la historia de Tailandia, como las protestas estudiantiles de los años 70 y el golpe militar de 2006.
La última película asiática de la sección nos llega desde la industria tamil de cine, en el sur de la India. Vinothraj P. S., asistente de dirección de A. Sargunam (Kaluvani), se estrena como director con Pebbles (2021), la historia de una familia agrícola de Arittapatti, que tiene que luchar para sobrevivir tras sufrir numerosas sequías. El paisaje que se nos muestra es increíblemente bello, pero a la vez nos transmite una implacabilidad total. Una tensión constante atraviesa la relación entre el padre y el hijo, que se ven inexorablemente atraídos el uno por el otro, iniciando un viaje absurdo para intentar escapar de la despiadada e inevitable pobreza.
“Big Screen Competition”: viejos conocidos y nuevos por conocer
La sección “Big Screen” se expande este año con una selección más amplia que trata de abarcar tanto cine comercial como cine independiente. Desde su creación hace siete años, el premio “Big Screen” se les ha resistido a las películas asiáticas que han participado, ganando sólo una de las siete ediciones en las que se ha dado este premio. Este año la tendencia podría cambiar ya que entre la selección de viejos conocidos del Festival -y también debutantes- podemos encontrar hasta cinco filmes asiáticos del total de quince que conforman la sección.
Dos de los directores que regresan al Festival son: el taiwanés Chen Hung-I (The Last Painting) – conocido en España por su paso por el Festival de Granada-Cines del Sur, donde se llevó la Alhambra de Oro a la mejor película-, y el japonés Yoshida Kota (Come as You Are), que presentan As We Like it! (2021) y Sexual Drive (2021) respectivamente. La primera es una relectura de las obras de Shakespeare, una historia de amor entre Orlando y Rosalind, que vive disfrazada de hombre. Chen Hung-I decide invertir lo que sucedía en la era del dramaturgo inglés, cuando las mujeres no podían actuar y todos los personajes eran interpretados por hombres. Sexual Drive también es, en cierto modo, una relectura muy particular, en este caso del cine erótico. Un tríptico sobre sexo, comida afrodisíaca y deseos ocultos en el que no hay ninguna escena explícita, pero sí una gran cantidad de primeros planos de mujeres disfrutando de la comida, una especie de reverso erótico de Tampopo (1985).
Desde Japón -único país con más de un representante en la sección- llega también Aristocrats (2020), tercer filme de la guionista y directora japonesa Sode Yukiko (Good Stripes), que debuta en el Festival de Róterdam. Rodada con una increíble atención al detalle, Aristocrats es una auténtica disección de la sociedad tokiota a través de la historia de dos mujeres totalmente distintas que se conocen a causa de un mismo abogado. La directora rehúye del típico argumento del triángulo amoroso, enfatizando la solidaridad, la identidad, el contexto y la clase social, consiguiendo una sofisticada deconstrucción del drama romántico.
M. Manikandan (The Crow’s Egg) también debuta en Róterdam con The Last Farmer (2021), segunda película seleccionada de la industria de cine tamil del sur de la India. Maayandi es el último granjero en activo en un remoto pueblo del estado indio de Tamil Nadu. A sus más de ochenta años, su única preocupación es la de cuidar de sus cultivos y se niega frontalmente a vender sus tierras, algo que ya han hecho todos los demás habitantes del pueblo. La tranquila vida de Maayandi se ve interrumpida cuando se le acusa de matar a tres pavos reales y enterrarlos en su propiedad, una auténtica ofensa tratándose del símbolo nacional de la India. The Last Farmer propone una parábola sobre la pérdida de las tradiciones en la India contemporánea, con una excelente banda sonora y toques de humor negro.
Por último, no podía faltar alguna película de Hong Kong, sobre todo teniendo en cuenta el éxito cosechado en las últimas dos ediciones con los premios “Tiger” conseguidos por The Cloud in Her Room (2020) y Present. Perfect (2019). Drifting (2021), dirigida por Jun Li (Tracey), es una película basada en hechos reales que trata sobre la lucha de un hombre contra las injusticias cometidas por la policía cuando acababa de salir de la cárcel. El rodaje se realizó coincidiendo con las protestas que se produjeron en Hong Kong en la segunda mitad del año 2019 y aunque no aparezcan directamente en ningún momento, su influencia en el filme se nota de forma clara, convirtiéndose en una de esas películas absolutamente ligadas a un momento histórico particular.
En definitiva, la quincuagésima edición del Festival Internacional de Cine de Róterdam muy probablemente no vaya a ser como todo el mundo hubiese deseado, especialmente hablando de un Festival que se caracteriza por ofrecer también vídeo instalaciones y una gran cantidad de masterclass de nombres de referencia (sin ir más lejos, Bong Joon-ho (Parásitos) realizó una en la pasada edición), eventos que van a perderse en su dimensión presencial. Aun así, la selección de películas siempre promete, y este año no es una excepción en este sentido, así que estad atentos a nuestras redes ya que lo que se vea este año en Róterdam puede ser lo que nos llegue en un futuro a nuestro país.
Por Josep Santcristòfol