Con la celebración de la gala inaugural, en unas horas dará inicio la sexta edición del Festival de Granada-Cines del Sur. Estos días, en los que las noticias acerca de primas de riesgo, reajustes sociales y financieros, nos acompañan a lo largo de la jornada, un hecho como el arranque de un evento cultural se vive como un oasis de esperanza y de satisfacción. Cines del Sur arranca una edición, limitada en el terreno presupuestario, pero especialmente vital y reivindicativa en el terreno de su selección cinematográfica. A lo largo de siete días, los espectadores del festival pasearemos por las calles iraníes, compartiremos butaca con tribus gitanas indonesas, acompañaremos de jueves a domingo a dos niños chilenos que parten de vacaciones con sus padres… y tendremos la suerte de disfrutar de una de las directoras más reputadas del panorama internacional, la realizadora china Ann Hui.
Nacida en el norte de China y de madre japonesa, Ann Hui es una de las realizadoras más representativas del cine de Hong Kong. Pertenece a la Nueva Ola (que eclosiona a finales de los años setenta), ingeniosamente definida por el cineasta Allen Fong como una “generación que tuvo suerte”: nacida tras la guerra, en un periodo de auge cultural y económico, alimentados de cine (la única diversión de la época), y los primeros en estudiar cine en el extranjero y en aprovecharse del desarrollo de la televisión.
Nuestra frase semanal la dedicamos a esta mujer, amante del cine de Alfred Hitchcock (descubrió sus películas a los cinco años de edad, acudiendo al cine de barrio junto a su tía), que practica un cine ecléctico, capaz de saltar de un campo al otro (del cine de autor al género del terror o de las artes marciales), un tipo de cine donde se amalgaman varias tendencias, un cine que no es puro, no es de género, sino que está compuesto de diferentes elementos. La cineasta china presenta en el Festival de Granada-Cines del Sur el viernes 15 de junio a las 21 horas, su última película: A Simple Life.
“Me sentí atraída por el tema de envejecer a la hora de empezar el proyecto de A Simple Life. Es algo a lo que tengo que enfrentarme a diario, porque mi madre se está haciendo mayor. Al mismo tiempo, yo misma me estoy haciendo vieja, así que estoy empezando a contemplar cuál sería la mejor actitud con la que hacer frente a esta nueva etapa de mi vida”.