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La frase de la semana: Shunji Iwai, el poeta de la imagen

06/11/2012

“Cada vez que escribo, que empiezo a crear un film, no pienso en la sensación que el espectador tendrá nada más salir de la sala, sino en el recuerdo que le perdurará un mes o un año después. ¿Qué fotograma recordará? Eso es para mí lo más importante del proceso creativo”.

Shunji Iwai, director de cine, que participa en el “Japan Cult Cinema V: Diálogos con el cine japonés”.

Shunji Iwai nació en la ciudad de Sendai en 1963. Por su edad, inquietudes artísticas, su talante postmoderno, su inclinación hacia la mixtura de discursos, su voluntad de transgredir para conectar con la sensibilidad contemporánea, Iwai pertenecería a la Nueva Ola Japonesa surgida en la década de los noventa, conformada por una nómina de directores que han contribuido a reconfigurar el cine nipón desde las más insólitas perspectivas: Aoyama, Miike, Tsukamoto, Kashuhito Ishii, Sogo Ishii o Sabu son algunos de los nombres que, desde la poderosa órbita de sus particulares universos, han sabido extraer la esencia de desorientación y vacío que sufre la sociedad actual a través de propuestas arriesgadas, unas al límite de la osadía formal, otras en la frontera del experimento subversivo, y todas con la misma capacidad de conceptuar la imagen fílmica como espejo directo de las multidisciplinas que atraviesan nuestro espectro cultural actual.

Hay directores que se convierten en parte de uno mismo, que son capaces de extraer lo mejor y lo peor de la esencia humana, que consiguen canalizar tus miedos, tus inseguridades, tu resentimiento, tu dolor. Desgarradores, llenos de rabia y de sufrimiento, pero a la vez impregnadas de un lirismo y una belleza perturbadora, así podríamos definir a dos de los films firmados por Shunji Iwai, más influyentes de los últimos tiempos, que han ido convirtiéndose poco a poco en piezas de culto imprescindibles, en un hito generacional que han sabido definir a la perfección el espíritu de nuestra época, una época de confusión y fragilidad, en la que operan los procesos de incomunicación y aislamiento, en la que hemos sustituido los contactos físicos con las personas de nuestro entorno por la comunicación impersonal que generan los espacios virtuales, en la que los sentimientos han perdido vigencia y han quedado reducidos a la mínima expresión.

All About Lilly Chou-Chou y Love Letter. Dos films del director japonés Shunji Iwai que participan en el ciclo organizado por Casa Asia “Japan Cult Cinema V: Diálogos con el cine japonés”, y que podéis ver a lo largo de estas semanas.

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