“¿Por qué quise contar esta historia? Porque somos responsables de lo que ocurre a nuestro alrededor. Como artista, además de tratar nuestras obsesiones, tenemos que mostrar la realidad, aunque sea violenta, aunque esa realidad se oponga a nuestros principios”.
(Brillante Mendoza, directo filipino, tras presentar Captive en la Berlinale)
Cuando en el año 2009 el Festival de Cine de Cannes otorgaba la Palmade Oro como mejor director a Brillante Mendoza, muchos debieron sorprenderse. Si la prensa especializada se sorpendió, en España, donde la última película filipina que se había estrenado comercialmente en salas databa del año 1996, no fue sorpresa, sino estupefacción: ¿Pero quién demonios era Brillante Mendoza?
Brillante Mendoza (San Fernando, Filipinas 1960) estudia Publicidad en la Universidad de Santo Tomás de Manila y se inicia dentro de este mundo hasta que un amigo le propone rodar una película para el mercado del vídeo Masahista, en el año 2005 (curiosamente esta película está editada en España en DVD). “Como publicista, vendo ideas. En mis películas cuento historias. Y quiero que sean lo más auténticas posible, lo más cercanas a la vida real, a mí y a mi entorno. Y, sobre todo, que transcurran aquí y ahora«.
Cuando Brillante Mendoza presenta en Cannes Kinatay, ya lleva sobre sus espaldas seis largometrajes (además de otros tantos cortos), en los que ha ido definiendo su estilo narrativo, componiendo su lenguaje cinematográfico. No surge por generación espontánea, como muchos pudieran pensar. Estamos hablando de una de las grandes (y más desconocidas) cinematografías asiáticas y que tan sólo hoy, al amparo de lo que conocemos como World Cinema (Cines del Mundo), parece por fin empiezan a “descubrirse”. En la actualidad, el cine filipino goza de gran popularidad en los circuitos de festivales europeos, donde nombres como Brillante Mendoza, Lav Diaz o Raya Martin parecen abonados a los mismos.
Captive ha significado la primera participación de Brillante Mendoza en la Berlinale. El director, a pesar de lo que muchos quieren ver, sigue siendo el mismo. Su estilo narrativo se ha ido haciendo película a película. Sin Kinatay, ahora no entenderíamos Captive. Del mismo modo que sin contemplar Serbis no entenderíamos el blanco y negro de Lola. Los directores se hacen día a día, y para llegar a entenderlos hace falta ver su obra, no solo hablar de ella.
Horas después del pase de Captive en la cita berlinesa, es un buena excusa para adentrarse en el cine de este director. A pesar de que Lola fue vista en España en su estreno comercial el pasado año por 6.300 personas (las mismas que vieron la primera película española en 3D, XP3D, los dos primeros días de proyección), no pierdo la esperanza. Masahista. Summer Heat. Pantasya. Foster Child. Serbis. Kinatay. Lola y Captive os están esperando.