Tras un exitoso recorrido por numerosos festivales internacionales, La luz que imaginamos (All We Imagine As Light) llega a los cines el próximo 1 de enero. Su directora, Payal Kapadia, una de las voces más destacadas del nuevo cine independiente indio (también conocido como “off-Bollywood”), fusiona elementos del documental y la ficción para crear esta obra intimista llena de reflexión y crítica social.
La luz que imaginamos retrata la vida de Prabha, Anu y Parvaty, tres enfermeras de diferentes edades que lidian con sus propios dilemas y desafíos. Forjan una amistad que las lleva a emprender un viaje hacia un pueblo costero en donde, lejos de las presiones laborales y sociales, encuentran el tiempo y el espacio para liberarse de sus pesadas cargas emocionales.
“Como hay tan pocas mujeres haciendo cine de mujeres y sobre mujeres, es por lo que puede verse como algo extraordinario, pero en realidad no lo es”
Lejos de otros títulos como Parched/La estación de las mujeres (2015, Leena Yada) o Lipstick Under my Burkha (2016, Alankrita Shrivastava), en los que se explora la idea de “sororidad femenina”, Payal nos cuenta que esta ocasión se trata de “una película sobre lo que tenemos, sobre nuestras vidas en realidad… En nuestra industria tenemos multitud de films dirigidos por hombres cuyos protagonistas son hombres que hablan sobre su amistad y no los llamamos bajo ningún nombre parecido a ‘films sobre la amistad masculina’. Mi película no es nada especial en ese sentido, no lo veo así, solo es una película hecha por mujeres que hablan sobre sus propias vidas. Pero como hay tan pocas mujeres haciendo cine de mujeres y sobre mujeres, es por lo que puede verse como algo extraordinario, pero en realidad no lo es.”
Un “film de ciudad” con Mumbai como protagonista
Esto nos lleva a la otra gran protagonista de esta historia: la ciudad de Mumbai. Aunque los problemas que enfrentan las protagonistas nos parezcan universales, el contexto sociocultural en el que viven influye profundamente en la forma en que tratan de afrontarlos.
La propia Payal dice ser amante de este tipo de “films de ciudades” y menciona, entre otras, Pratidwandi/The Adversary (1971, Satyajit Ray), Millennium Mambo (2001, Hou Hsiao Hsien), Cleo de 5 a 7(1962, Agnès Varda) y News from Home (1977, Chantal Akerman).
En mi opinión, esta es la parte más puramente documental de la película. Los planos generales de la ciudad, con sus calles abarrotadas de gente, las luces que iluminan la noche como si Mumbai nunca durmiera, los largos viajes en tren, y los negocios en constante movimiento, capturan la esencia de esta metrópolis. Uno de los aspectos que más me atrapó del film fue el inicio, cuando la cámara recorre diferentes lugares de la ciudad mientras se escuchan los «testimonios» de personas que hablan sobre la situación laboral y migratoria.
Cabe aclarar que, a pesar del gran recibimiento que ha tenido por parte de la crítica especializada, no es una película para los amantes del cine comercial. La luz que imaginamos, además de tener un ritmo pausado, no sigue una estructura narrativa definida. La transformación personal que sufren los personajes es interna y no la podemos ver representada en acciones concretas.
Cuando Prabha recibe la arrocera, por ejemplo, algo empieza a cambiar internamente en ella, pero externamente todo se mantiene igual hasta el momento en que huyen de la ciudad y encuentran la calma para reflexionar. El cambio de entorno es el único gran punto de inflexión de la película. Aunque la estructura pueda no ser su punto fuerte, visualmente es impresionante. En el diseño sonoro, la fotografía y el montaje se plasma la delicadeza y sensibilidad de Payal Kapadia. Destacan especialmente el trabajo de composición y diseño de iluminación (como no podía ser de otra manera teniendo en cuenta la elección del título de la película).
La luz como símbolo de ‘esperanza’ y ‘posibilidad’
“En nuestra sociedad, la parte moral, la tradición, es parte importante de nuestras vidas y tendemos a creer que esa es la única manera de hacer las cosas (sobre todo en referencia al personaje de Prabha). Así que el hecho de que diga adiós a su ‘marido fantasma’, es algo nuevo, es una posibilidad que nunca ha visto hasta ahora. De ahí que para mí ‘luz’ sea igual a ‘posibilidad’ y a ‘esperanza’ también… Además, en lengua malayalam, el nombre de ella, significa ‘luz’”, nos cuenta la directora.
Os invito a dejaros llevar por esta coproducción independiente entre India y diversos países europeos porque es toda una experiencia visual y emocional que no os dejará indiferentes. Una maravillosa forma de iniciar el año.
Podéis leer la charla completa con Payal Kapadia en el siguiente enlace.
Una crítica de Mar Riera