Siempre es difícil confeccionar la parrilla personal dentro de la programación asiática del Festival de Sitges. Las propuestas son muchas y muy variadas, los horarios no siempre cuadran y las carreras de una de las pantallas a las otras terminan siendo inevitables. Esta 51 edición del Festival no es diferente, pero como siempre os queremos allanar en la manera de lo posible el camino compartiendo la lista de esos títulos que, a nuestro juicio, ningún cineasiático debería perderse en el gran evento cinéfilo del mes de octubre. Estas son nuestras diez propuestas imprescindibles de la programación asiática que nos espera en Sitges del 4 al 14 de octubre:
Burning
Lee Chang-dong regresa tras ocho años de parón, desde su maravillosa Poesía de 2010. El director, profesor universitario y exministro de cultura de Corea tomó como base esta vez un trabajo ajeno, nada menos que un relato del escritor japonés Haruki Murakami, que se mueve entre el drama y el thriller psicológico. Un joven que sobrevive a base de realizar pequeños trabajos se reencuentra con una antigua compañera de clase, compartiendo un escarceo amoroso antes de que ella le cuente que se va de viaje a África. A la vuelta, sin embargo, no viene sola: le acompaña un coreano-americano al que conoció en el viaje, y que pronto se muestra con un carácter especial. Competirá en Sección Oficial este film protagonizado por Yoo Ah-in, Jeon Jong-seo, y Steven Yeun.
One Cut of the Dead
El gran fenómeno, no solo del cine japonés sino del asiático del año, es esta pequeñísima producción que ha superado en taquilla a muchísimas de las grandes producciones tanto locales como occidentales. El éxito ha llegado de un boca a boca alimentado por los numerosos premios del público en festivales de todo el mundo que ya acumula, y es que seguramente este film de Shinichiro Ueda no es Ciudadano Kane pero es, sin duda, uno de los títulos más divertidos del año. La puesta en marcha comienza con el rodaje de una película de zombis rodada en una sola toma, pero la historia nos guarda unas cuantas sorpresas. Este es de esos títulos que cuanto menos se conozca de la trama, mejor, así que solo nos queda recomendar encarecidamente que no la dejéis pasar. Nos lo agradeceréis.
The Night Comes for Us
¿El The Raid de este año? Los directores del Festival de Sitges, Ángel Sala y Mike Hostench, apuestan a que sí, y también el público del Fantastic Fest de Austin, donde el film ha dejado ojiplático al personal. Acción a 24 fps en la que los golpes, apuñalamientos y dislocaciones de extremidades no están a la orden del día, sino del minuto. Uno de los Mo Brothers, Timo Tjahjanto guioniza y escribe esta historia de venganza y traición en el mundo criminal que cuenta con Joe Taslim, Iko Iwais, Yayan Ruhian e incluso Julie “Hammer Girl” Estelle en el plantel. La película, con producción de Netflix, aterriza dentro de muy poco en la plataforma, por lo que esta será una ocasión única de verla en pantalla grande. Y en Sitges, nada menos.
Legend of the Demon Cat
Chen Kaige no se ha caracterizado por los films de género, eso entraría más en los planes de un Tsui Hark de quien veremos su tercera aventura del Detective Dee, pero no le ponemos ninguna pega a su entrada en el fantástico con esta ‘Leyenda del gato diabólico’ en la que vuelve a demostrar su capacidad para rodar una puesta en escena espectacular como muy pocos. La película tiene además la característica de tratarse de una coproducción entre Japón y China, toda una rareza después de años de relaciones muy complicadas entre los dos países, uniendo en la historia al mítico monje japonés Kukai y al poeta chino Bai Letian, convocados en palacio para investigar los extraños eventos que llegan tras la muerte de una concubina.
Believer
Johnnie To tomaba el ferry y rodaba en la Mainland Drug War, una historia criminal con cargas de profundidad que pasaron por delante de la censura. El director Lee Hae-young traslada a Corea la trama del policía en busca de un gran traficante de droga contando con la colaboración de uno de sus contactos, contando con un reparto de lujo encabezado por Cho Jin-woong (La doncella), Ryu Jun-yeol y el tristemente desaparecido Kim Joo-hyuk, en un personaje mucho más desmadrado de lo que solíamos ver, del que era conocido como el Hugh Grant coreano por sus habituales films románticos. La traslación pierde el subtexto político que añadía To, pero aumenta en la relación entre policía y criminal en un mundo de claros grises y demonios del pasado. Un buen thriller coreano con dos personajes que roban todo el protagonismo, los “cocineros”.
Maquia: When the Promised Flower Blooms
Una de las guionistas más destacadas de la animación de los últimos años, Mari Okada, debuta en la dirección con esta película que toma un camino distinto en cuanto a género respecto a su anterior y laureado trabajo, El himno del corazón. Aquí la fantasía de un mundo imaginario sirve como ambientación en una historia en la que unos seres con la capacidad de envejecer muy despacio viven alejados de los humanos vistiendo una tela especial que les sirve como crónica escrita del paso del tiempo. Después de una batalla, una huérfana del clan encontrará a un bebé humano, al que toma como su hijo. Emoción a raudales, una historia con un punto metafísico y una animación deliciosa hacen de Maquia un título que más vale no dejar escapar.
The Blood of Wolves
Sitges siempre agradece una buena película de yakuzas, y este año no podría haber escogido una selección mejor que esta nueva prueba del talento del director Kazuya Shiraishi. Siguiendo la estela de sus anteriores The Devil´s Path y Twisted Justice nos introduce en el turbio mundo del detective Shogo Okami, de quien se rumorea tiene contactos con el mundo del crimen. Un joven detective investigará junto a Okami la desaparición del contable de una empresa, la punta del iceberg del conflicto entre grupos mafiosos. Un grandísimo Koji Yakusho inunda la pantalla dando vida al protagonista del film en uno de los films indispensables de esta edición.
Operation Red Sea
La segunda película más vista de la historia de China es una oda al ejército de la República Popular de la mano de Dante Lam, quien tras su anterior Operation Mekong, en la que, recordemos, el público aplaudió la muerte de un niño (terrorista) y lloró la de un perro (del equipo artificiero), esta vez riza el rizo con un espectáculo bélico basado en hechos reales en el que no hay recelos a la hora de mostrar los horrores de la guerra. La operación: un equipo de las fuerzas especiales viaja hasta Yemen para rescatar a 600 ciudadanos chinos en plena guerra del país. Moralmente panfletaria y discutible, pero espectacular, hay que verla para creerla, y si es en la pantalla del Auditori, mejor que mejor.
Penguin Highway
¿Y Mirai? Desde luego el nuevo film de Mamoru Hosoda es una de las citas imprescindibles de la sección Anima´t en esta edición, pero como ya está claro os proponemos una apuesta que va sorprender al público por su calidad. El nombre de Studio Colorido quizás no os suene todavía, pero si siguen la progresión que demuestran en cada proyecto, está claro que va a convertirse en uno de los productores de animación japonesa a tener muy en cuenta. Su nuevo trabajo es el primer largometraje de este estudio, Penguin Highway, tras ganar el reconocimiento popular con su anterior mediometraje Typhoon Noruda. Como dijo Ángel Sala en la entrevista en la que repasaba la programación, una película en la que las botellas de refresco se convierten en pingüinos tiene mucho camino ganado.
Buybust
El director filipino Erik Matti se ganó el amor eterno de los cineasiáticos con su entrada en el thriller, la magnífica On the Job. Este año su filmografía vuelve a pasearse por Sitges con otro thriller, aunque en este caso de acción, Buybust. Podríamos decir que este es su Sicario particular, al llevarnos a una operación antidroga en el barrio más complicado de Manila, una pesadilla de misión en la que no todo saldrá como la policía tenía previsto. Curiosamente este año tenemos hasta tres propuestas de Filipinas en el Festival, ya que también han entrado en la programación Bamboo Dogs del siempre interesante Khavn de la Cruz, y Season of the Devil, la premiada nueva experiencia de Lav Diaz, una ópera rock, eso sí, sin música, en la que vuelve a explorar la memoria histórica del país manteniendo sus parámetros visuales y la duración de la cinta, que esta vez es de cuatro horas.