MENU

Las crónicas del D’A: Nos despedimos con un discípulo de Hong Sang-soo

08/05/2012

El D’A 2012 cerró sus puertas en su segunda edición tras diez días de buen cine que triunfa en los festivales internacionales y que difícilmente cuenta con distribución comercial en España. Un treinta por ciento más de espectadores que en la edición inaugural constatan la buena salud de un certamen que de manera paulatina comienza a despuntar como un referente. El público de la Ciudad Condal está ávido de buen cine, y propuestas como el D’A vienen a cubrir un importante hueco provocado por la cantidad de cine insustancial que se estrena semana tras semana. Y es que hay tan buenas películas pululando por el limbo del celuloide perdido que se agradece que exista un puñado de valientes que se atrevan a utilizar el cazamariposas para al menos hacernos creer durante una semana y pico que ver en pantalla grande otro tipo de cine también es posible.

La gran triunfadora del público ha sido la película portuguesa Sangue do meu Sangue, del director de apellido peculiar Joao Canijo, una historia con trasfondo social donde una madre soltera con dos hijos que comparte piso en Lisboa con su hermana, ve como una de sus hijas se enamora de un hombre mucho mayor que ella. Culebrón melodramático de más de dos horas y media de duración que caló hondo en el público asistente por su sinceridad y su capacidad brutal de hurgar en la miseria de sus personajes.

Pero vayamos a lo nuestro, y hablemos un poco de las dos últimas propuestas orientales que se pudieron disfrutar en estos últimos días:

Es grato observar cómo en Barcelona un domingo cualquiera por la tarde la gente puede llegar a soportar largas colas para ver cine de autor coreano en versión original subtitulada (en inglés y catalán). Y es que el último pase de Romance Joe agotó todas las entradas a la venta disponibles. Con el aval de haber sido premiada en el pasado Festival de Cine de Busan y tras una muy buena acogida en el Festival de Cine de Rótterdam nos llegó el debut en la dirección de Lee Kwang-kuk, quien hasta ahora era más conocido por haber trabajado como ayudante de dirección en algunos de los films más celebrados del talentoso Hong Sang-soo, tales como Woman on the Beach (2006), Like You Know It All (2009) o Hahaha (2010). Lo cierto es que Lee no arriesga en demasía en su debut en pantalla. Las constantes del cine de su mentor se repiten en una puesta en escena en la que tras una aparente sencillez hallamos un ejercicio de metacine con gran abundancia de diálogos. Los personajes hablan sin parar mientras se enamoran, comen y, sobretodo, beben para olvidar. Queda claro que a ambos cineastas les interesa sobremanera plasmar en pantalla un cine de variaciones, donde se invita al espectador a formar parte de un juego donde las piezas encajan antes de ramificarse en mil y un afluentes. En Romance Joe existe una trama central, la de un guionista en plena crisis creativa al que buscan sus padres, pero es una mera excusa para derivar en una cantidad ingente de subtramas. Cada personaje que aparece en pantalla tiene su propia historia que explicar, sea verídica o no, y el enjambre de narraciones nos remite directamente a los cuentos de Sherezade que se explicaban en Las Mil y una Noches. La premisa es lo suficientemente atractiva para entrar de lleno en el desarrollo de la trama, aunque, por desgracia, algunas escenas se alarguen en demasía y acabe por perderse un poco el interés. En ese aspecto al discípulo todavía le queda mucho que aprender del maestro. Sirva como excusa el que llegar a la excelencia de Hong Sang-soo no es nada fácil, y menos cuando tu bagaje es de tan solo una película, pero sin duda si sigue por estos derroteros Lee va a ser un realizador muy a tener en cuenta en un futuro cercano. A destacar las magníficas interpretaciones del elenco actoral, con actores de la talla de Kim Young-pil (Closer to Heaven, A Dirty Carnival) y Shin Dong-mi (The Little Prince, Drifting Away) sobresaliendo en el reparto actoral.

En cuanto a Trouble Every Day, la coproducción francojaponesa de 2001 que formó parte de la completísima retrospectiva dedicada a la realizadora Claire Denis, habría que señalar en primer lugar que había sido el film elegido para ser presentado por su propia realizadora en el marco incomparable de la Nova Filmoteca de Catalunya, pero tras una indisposición y por prescripción médica, no pudo finalmente viajar en avión a Barcelona, por lo que sus cuantiosos seguidores tuvieron que consolarse con esta mezcla de cine romántico y gore en la que sus protagonistas, unos atormentados Vincent Gallo y Beatrice Dalle, se comen literalmente a besos. Se trata de un film bastante provocador que ya se pudo ver en su día en el Festival de Sitges y que trata temas tan espinosos como el deseo carnal, la lujuria de sangre y las tendencias homicidas a través de un trabajo de cámara sugerente y una bella fotografía.

Y poco más que añadir: darle las gracias a CineAsia por la oportunidad que me ha dado de poder asistir a este Festival, y emplazaros a todos hasta el próximo D’A 2013.

Por nuestro colaborador Francisco Nieto

Cerrar

DESEO SUSCRIBIRME

A LA NEWSLETTER DE CINEASIA