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New Perfect Two (Taiwán, 2012)

05/07/2012

Ficha Técnica: Año: 2012 País: Taiwán Director: Kevin Chu Duración: 97 m Género: Drama/ Comedia Protagonistas: Vic Chou, Ella Chen, Mini Jang, Zeru Tao, Vivian Hsu, Chu Ko-Liang
Más información: imdb

Sinopsis: Ah B es un conocido campeón de carreras de motos que perdió su fama y su fortuna debido a un accidente. Para empeorar las cosas su esposa lo abandona por lo que se dedica a fumar, beber y jugar mientras desperdicia su vida. Un día, su exmujer, que desapareció durante seis años vuelve a su vida con un niño llamado Bin Bin, alegando que es su hijo y por lo tanto debe cuidarlo durante un tiempo. A pesar de su recelo inicial, los dos van desarrollando una cercana relación que ayudará a Ah B a darse cuenta de que todavía puede albergar sentimientos en su vida.  

Crítica: Esta comedia familiar salpicada de algunos apuntes dramáticos se estrenó en China el 20 de Enero, tres días antes de la celebración del Nuevo Año, momento en el que el cine más familar abunda en las carteleras y sobretodo se dan cabida a todas aquellas propuestas que tienen como protagonistas a padres e hijos, ya que en estas fiestas afloran por todos lados símbolos e imágenes de fertilidad. Así que era la oportunidad pintiparada para que un actor con la fama y el éxito del taiwanés Vic Chou (a quien pronto veremos en Saving General Yang) probara suerte con la comedia familiar, aunque haya afirmado en más de una entrevista que a él los niños no es que acaben de entusiasmarle. Pues aquí tiene que lidiar durante más de una hora y media con un chiquillo mofletudo y un pelín sabiondo (Xiaxiao Bin) fruto de su relación con el amor de su vida (Yang Mi, a punto de rodar Mulan bajo las órdenes de Barbara Wong), quien, por cierto, aparece por allí, deja al chaval como quien suelta un lastre y desaparece de la trama hasta un poquito antes de los títulos de crédito finales. Todo el meollo del asunto se centra en cómo un hombre agobiado por las deudas de juego, alcohólico (no sabemos la cantidad de cerveza que se llega a meter en el cuerpo este hombre, y cómo puede mantenerse en pie) y amargado por el abandono de su mujer, encuentra una luz redentora en la figura de su propio hijo, un niño alegre y vivaracho aunque con algún pequeño ramalazo de mala leche que se agradece.

Todo trancurre según el vademécum de este tipo de historias que deberían prohibir a los diabéticos para que no se les subiera el índice de azúcar. El director de la propuesta, Kevin Chu, no se priva en ningún instante de buscar la lágrima fácil en el espectador, y ahí veremos al niño llorando a moco tendido en más de un momento, y al padre aguantándose las lágrimas hasta decir basta. Todo se cimenta en los momentos y situaciones que ambos personajes comparten en pantalla: comen juntos, van en tractor juntos, miran la puesta de sol juntos, se bañan juntos e incluso mean juntos (no me lo estoy inventando). Aunque el film es de una superficialidad exasperante y en ningún momento se sale de los márgenes marcados sí que hay que reconocer que entre líneas se atisban ciertos apuntes misóginos que vale la pena resaltar; por ejemplo, en todo lo relocionado con el personaje interpretado por la estrella musical Ella Chen (Bad Girls), quien da vida a una especie de mucama que parece haber nacido para servir a su señor: en su afán por conquistar el corazón maltrecho del protagonista de la función, no dudará en lavarle la ropa, limpiarle la casa, hacerle la comida, e incluso se creerá la mujer más dichosa del planeta cuando éste le regale un vestido que perteneció a su ex-mujer. Supongo que en la cultura china todavía siguen existiendo casos en los que el hombre manda y dispone y la mujer obedece, y por supuesto su cine más comercial debe acusar esta circunstancia.

Uno de los factores que nos pueden llevar a concluír que nos hallamos ante un film fallido es la nula evolución de la mayoría de personajes, un elenco que no tiene la fortuna de disponer de un guión a la altura de las circunstancias. Existen algunos momentos esporádicamente divertidos, como las visitas de un grupo de gangsters de poca monta a los que Ah B debe dinero, liderados por un jefe un tanto peculiar y paródico, y algún que otro comentario irónico acerca de la presunta masculinidad del personaje interpretado por Ella Chen, quien en la vida real también ha recibido un alud de comentarios poniendo en duda su feminidad;  pero a la postre, el conjunto se resiente de una alarmante falta de chispa en casi todo el metraje. Muchas de las situaciones parecen introducidas con calzador, como esa carrera de ¿moto GP?, en la que el padre quiere demostrar a su hijo que todavía puede ser un campeón y se sube a la moto, compite contra los mejores y… al final se vuelve a caer. En fin, tampoco haremos leña del árbol caído, porque a fin de cuentas se trata de un film dirigido al gran público cuya única intención es la de enternecer y hacer pasar un buen rato al respetable, y esto se consigue a medias tintas. Destacar para finalizar que el niño, Xiaoxiao Bin, resulta más creíble en su actuación que algunos de sus compañeros mayores, y que hay por ahí pululando una pobre niña con la que Bin Bin tiene amistad que creo no volveremos a ver más en el mundo del cine, porque a la pobre le toca lidiar con las escenas más irritantes y desafortunadas del film, con baile surrealista incluído.

Lo mejor: La venganza del niño con el cepillo de dientes.

Lo peor: Los momentos más lacrimógenos se estiran como un chicle.

Por nuestro colaborador Francisco Nieto

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