Por más que tuviera referencias del realizador coreano Park Hoon-jung (guionista de Encontré al Diablo o The Unjust), y había leído las críticas de la película en su estreno en Corea, no sería hasta la tarde que asistí a la premiere europea de New World en el Far East Film Festival de Udine, en el momento en el que se cerraba la secuencia inicial de la película, cuando supe que me encontraba ante uno de los títulos referentes del año. Meses más tarde, New World tendría su premiere española en el Festival de Cine de San Sebastián (es de alabar que un festival generalista incluya en su programación títulos genéricos que puedan asustar a la platea), ganaría el Premio Focus Asia a la mejor película asiática en el Festival de Cine de Sitges, se alzaría con el Bambú de Oro a la mejor película coreana en los Premios CineAsia, y tan sólo hace unas horas, se ha estrenado de forma limitada en Madrid y Barcelona. El 9 de julio New World aparece en formato DVD/Bluray en el mercado español.
Una película siempre bebe de otras fuentes. De la literatura, de la realidad… de otras obras cinematográficas. Las historias se reiteran a lo largo del tiempo. ¿Qué marca la diferencia? Lo que hace que una obra perdure en el tiempo, diferenciándose del resto, es su apuesta por la originalidad. New World apuesta y gana. Es cierto que su director nos reconocía en rueda de prensa, con una sonrisa en los labios, que había visto un sinfín de veces El Padrino de Coppola, o que un film tan recurrente cuando se habla de policías infiltrados, Infernal Affairs, era una de sus películas referenciales (lo que no deja de ser curioso, cuando pensamos que Martin Scorsese no ha obtenido el reconocimiento de la Academia de Cine hasta que filmó Infiltrados, el remake de Infernal Affairs). Y sí, asistimos a una película en la que no están delimitados los límites entre el bien y el mal, en la que los personajes no dejan de estar sometidos a presiones que les harán cuestionarse en qué lado de la balanza se encuentran. Pero lo que diferencia a New World de sus referentes (no sólo de los occidentales, sino de los asiáticos y coreanos en particular, como son las magníficas A Dirty Carnival, Nameless Gangster o El Hombre sin Pasado) es la forma en la que Park Hoon-jung mueve las piezas, construyendo a partir de un guión modélico (que serviría de clase magistral para cualquier alumno en formación), un film que contiene los giros necesarios para conducir la historia hacia un final tan inesperado como necesario.
‘New World’ es el nombre de la operación policial que busca el control de la familia del crimen más poderosa de Corea en un momento clave: la sucesión en la cúpula que sobreviene a la muerte de su capo. Las tensiones entre los diferentes bandos del conglomerado mafioso, supondrán una oportunidad para Hyung-Chul (Choi Min-sik), inspector de la Agencia Nacional de la Policía, que no dudará en mover las fichas que sean necesarias para que su hombre infiltrado, Ja-sung (Lee Jung-jae), se posicione dentro de la familia, gracias a su amistad con la facción china de la misma, liderada por Jung-chung (Hwang Jung-min). Una gran parte del éxito de New World, que se suma a la calidad del equipo técnico (fotografía, música y dirección artística), reside en las interpretaciones del trío protagonista: Choi Min-sik, compone un personaje ya en el declive de su carrera, que es capaz de aprovechar cualquier situación para conseguir el éxito de la misión (la mentira y la presión son las armas de las que se sirve). Aunque los verdaderos líderes de la función son Lee Jung-jae (el joven protagonista de Il Mare que se doctoró hace unos años con The Housemaid) y, por encima de todos, un excepcional Hwang Jung-Min (The Unjust), que consigue traspasar la frontera de ese mafioso hiperbólico (sus excesos verbales o violentos), para devenir en uno de los escasos aliados y estrategas con los que se encontrará Ja-sung en su escalada al poder.
New World se define en una frase. Se la dice Hwang Jung-min a Lee Jung-jae en un momento clave de la cinta: «Ahora tienes que decidir a qué bando perteneces«. New World se posiciona como una de las mejores películas sobre mafias realizadas en los últimos años. Un aviso de que la cinematografía coreana, a pesar del desgaste de la Nueva Ola, aún tiene mucho por ofrecer.
Lo mejor: Todo. Desde el guión, a las interpretaciones, pasando por un elenco técnico de primera (fotografía, música, dirección artística). Un film sobresaliente.
Lo peor: Que sea ignorada hasta que Hollywood se decida a hacer el remake. ¿Os suena Infiltrados?
Una crítica de Enrique Garcelán