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Premier: “Canta con una chispa de armonía”

02/03/2023

El nombre de Yasuhiro Yoshiura no es especialmente conocido ni siquiera entre los consumidores de anime más ávidos en nuestro país, pero se trata de una figura muy reputada dentro de un círculo concreto de la industria japonesa. Aunque lleva prácticamente el mismo tiempo haciendo cine que otros pesos pesados como podrían ser los ilustres Makoto Shinkai (Your Name) o Mamoru Hosoda (Belle), sus esfuerzos se han mantenido dentro de la escena indie durante gran parte de su carrera, y quizá por ello su trabajo no ha trascendido de la misma forma que el de sus coetáneos. No obstante, su nueva obra está destinada a cambiar eso, dando buena cuenta de su talento como director y la originalidad de sus historias.

En Canta con una chispa de armonía, la estudiante de secundaria Satomi Amano es hija de una especialista en IA que trabaja para una empresa tecnológica en proceso de completar un innovador proyecto de robótica. Para avanzar en la investigación, su madre decide demostrar que su IA es indistinguible de los humanos y propone que pase unos días en la clase de Satomi usando un cuerpo de androide que se hará pasar por la nueva estudiante Shion Ashimori. Debido a un incidente del pasado, Satomi no tiene amigos y se siente aislada en su instituto, pero este experimento dará un vuelco a su vida: nada más ser presentada en clase, Shion sorprende a todos al reconocer a Satomi, preguntarle si es feliz y ponerse a cantar a pleno pulmón. Durante los siguientes días, Shion se empeña en hacer feliz a Satomi y la ayudará a recuperar la amistad de sus antiguos amigos a la vez que solucionará los problemas de estos. Pero la interacción con Shion provocará efectos inesperados, consecuencias que les harán replantearse la forma en que quieren vivir sus vidas y que, al mismo tiempo, revelarán el sorprendente vínculo que hay entre Shion y Satomi.

La IA y la adolescencia

La película no solo explora las posibilidades de la robótica y su integración en la sociedad humana —un tema que se ha convertido en la marca del director desde sus primeros cortos, como Aquatic Language—, sino que supone un retrato fidedigno del pensamiento adolescente en el Japón moderno. Más allá de ofrecer un simple relato de maduración, Yoshiura profundiza en los problemas y preocupaciones de la nueva generación de jóvenes mostrándonos una perspectiva muy empática, no solo con aquellos que los rodean, sino con la tecnología misma. En cierto modo, el filme nos demuestra que las personas también funcionamos como las máquinas, y que solo hace falta corregir los errores y reprogramar nuestras conductas para que todo funcione como es debido.

A pesar de ser tan apenas el segundo largometraje original del director, su experiencia queda patente si comparamos este con su trabajo anterior, la película Patema Inverted. Canta con una chispa de armonía supone un salto de gigante en todos los aspectos, desde una narrativa sólida y bien desarrollada —con la dificultad añadida de su identidad musical— hasta un apartado visual que sabe dejar huella en el espectador. Los expresivos diseños de la dibujante Kanna Kii (Qualia bajo la nieve) rebosan energía en la pantalla, y los planos y secuencias recuerdan poderosamente al estilo cinematográfico del estudio Khara (Evangelion), con el que Yoshiura estuvo colaborando en la creación de diversos proyectos. Sin ningún atisbo de duda, se trata de su mejor película hasta el momento, y así lo percibirá el público con este primer contacto en España.

Por David Heredia

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