El festival comenzó el miércoles por la noche, en una cena que reunió a todo el equipo que forma el festival. Una cena en la que los nervios ante el inicio eran patentes, pero en los que reinaba esa ilusión que finalmente es la que hace mover las cosas. Ya lo decía ayer el productor Jan Harlan (productor y cuñado del maestro Kubrick) al referirse a los proyectos: «todo aquello que se hace con pasión y amándolo, finalmente es lo que perdura«. Y es así como a pesar de que uno de miembros del jurado de la Sección Oficial se tuviera que ausentar a los cinco minutos de llegar al aeropuerto de Barcelona… ya que su mascota había sido atropellada en Los Ángeles… el festival abrió el telón consechando los primeros llenos en sus salas: había que ver el cine Retiro ayer en la sesión de las 20:00 horas donde se proyectaba la gamberra, alter ego de Super 8, Atack the Block. Esto es Sitges, los problemas se solventan de la manera más fantástica.

La anécdota de la jornada: compartir junto a Jan Harlan y Chris Baker el post screenning de Inteligencia Artificial. Tener a Kubrick y a Spielberg como dos de los directores que marcaron el paso de la adolescencia a la madurez es algo que todavía recuerdas, y más cuando gente como Harlan y Baker hablan de sus proyectos conjuntos.
Lo mejor del día: Haunters, en el retiro (la película de la jornada).
Lo más emotivo: Presenciar los cortometrajes Rosa y Legenda en la gala inaugural y constatar que el cine español está repleto de talento. Mi enhorabuena a sus creadores: Jesús Orellana y Pau Teixidor.
CineAsia