País: Corea del Sur
Año: 2011
Director: Kim Ji-hun
Con: Ha Ji-won, Ahn Sung-kee,
Oh Ji-ho, Cha Ae-ryeon.
Género: Acción-Terror
«Es como Alien, pero en una plataforma petrolífera en Corea.» Parece probable que esta frase haya servido para vender el proyecto de Sector 7 a lo largo de las diferentes fases de su producción, desde los pitchings iniciales hasta la comunicación con el espectador. Lo que no resulta tan claro es si quienes la hayan pronunciado y escuchado han sido conscientes de lo reduccionista y engañoso de semejante exposición. Porque, efectivamente, Sector 7 mantiene un parecido razonable con aquel clásico moderno de la sci-fi en lo que a su argumento se refiere: un grupo de individuos se hayan atrapados y aislados en un recinto mientras son acechados por un monstruo maligno. Pero no olvidemos que la trama de Alien era, quizás, el aspecto más flojo de su conjunto, y desde luego no el que le dio fama, pues constituía básicamente una recuperación (casi un plagio) de los clichés del cine de terror y ciencia-ficción de los años 50 (Carlos Aguilar dixit). La cinta dirigida por Ridley Scott, en cambio, sobresalía por su capacidad para generar tensión a través de la atmósfera y la dosificación de los momentos de impacto, así como limitando la visualización de los elementos terroríficos (por no hablar de su genial diseño de producción y efectos especiales).
Nada de ello se atisba en Sector 7, una película burda que su director Kim Ji-hun (responsable de la más sustanciosa pero igual de artificial May 18) es incapaz de rescatar de las garras de un guión banal y por momentos ridículo. Incluso sus costosos efectos digitales desmerecen, por sus pobres texturas y falta de viveza, al lado de la fisicidad casi tangible de la criatura creada por H.G. Giger. Sin embargo, podrá ser recordada por tratarse de la primera producción en 3D coreana (si es que eso le va a importar a alguien dentro de unos años), y por otorgar el protagonismo de una historia de acción y supervivencia a una mujer (dudoso honor que recae en Ha Ji-won, quien ya se moviera al ritmo de las artes marciales en Duelist), algo a lo que estábamos acostumbrados en el caso de las cinematografías china y japonesa, por ejemplo, pero no de la coreana.
Por nuestro colaborador Jordi Codó