Año: 2011
Director: Takashi Shimizu
Con: Teruyuki Kagawa, Hikari Mitsushima,
Tamaki Ogawa, Nao Ohmori
Género: Terror
Debo reconocer que he ido con mucha reticencia a esta proyección, pues el último experimento 3D de Shimizu, Shock Laberynth Extreme, resultó muy fallido. Como decíamos en la pasada edición del Festival de Sitges, ni fue un «shock», ni tenía «laberynth», y mucho menos era «extreme». Pero en esta ocasión ha salvado un poco el desaguisado anterior.
No voy a decir que pasé miedo, pero si un niño de entre 8 y 14 años ve este film, estoy seguro de que lo pasará mal, e incluso el conejo de peluche, que para mí resulta casi absurdo todo el tiempo, le causará un trauma. Es decir, quizá no esté dentro del target de esta película, pero le reconozco aspectos positivos y atmósferas resultonas.
En casi todo lo positivo que le atribuyo a Tormented, y diría que tiene mucho que ver con Christopher Doyle, el director de fotografía, que cuenta en su currículum ni más ni menos que con Deseando Amar y 2046 de Wong Kar-Wai, y Hero de Zhang Yimou. Doyle, además de ser un gran fotógrafo, ha sabido jugar con las tres dimensiones y ha hecho de ellas un punto a favor, no como el resto de títulos 3D que hemos visto durante el Festival de Sitges de este año, que finalmente he terminado viendo incluso sin gafas (Twixt de Coppola, o Hara Kiri de Miike, por ejemplo).
Ya sabemos qué tipo de terror le va a Takashi Shimizu, y es que casi nos hizo aborrecerlo con tantas versiones de Ju-on, La Maldición, El Grito… un terror psicológico y de fantasmas que funcionó muy bien hasta que se pasó de moda, e hizo que el terrorífico efecto que causó en todos nosotros Sadako en The Ring, pasara a no afectarnos. Pero afortunadamente, ya ha dejado atrás esa tendencia y ahora se ha obsesionado por el mundo de la imaginación, de las alucinaciones y de los traumas que generan trastornos psiquiátricos. Todo esto flota en Tormented, y sin querer pasarse de dramático juega bien algunas bazas del terror, que aunque por momentos sea algo infantil, cuenta también con secuencias efectivas y consigue el aprobado.
Lo mejor: Por fin se aprovecha un poco el 3D, aunque sea estéticamente.
Lo peor: Siendo un niño la hubiera disfrutado mucho más.
Por nuestro colaborador Óscar Sueiro