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Skyfire: cine catastrófico Made in China

03/12/2020

Mucho ha cambiado el cine de China desde que lo empezamos a conocer hace algo más de tres décadas. Aunque algunos de aquellos maestros de la Quinta Generación que nos presentaban historias costumbristas de zonas rurales siguen en marcha, poco o nada tienen que ver con el grueso de la producción china actual. Los primeros minutos de Skyfire podrían ser un paradigma de este cambio: en ellos vemos como una vulcanóloga y su hija conversan mezclando el inglés y el chino, justo antes de que el volcán que va a protagonizar la película despierte, llenando el terreno de lava y cenizas con la erupción más rápida de la historia. Lo que nos espera por delante son 90 minutos de puro espectáculo visual, y es que la película, de estreno en plataformas españolas VOD desde el viernes 4 de diciembre, es una cinta catastrófica que nada tiene que envidiar a las producciones de Hollywood del género.

El volcán Tianhuo despertó hace años en su pequeña isla de clima tropical, provocando una catástrofe. Desde entonces descansa, y en su falda se ha construido un parque temático con un complejo de super lujo. Aunque los expertos científicos desaconsejaron su construcción y no cesan en pedir al propietario que desaloje el hotel por el peligro de que vuelva a suceder la tragedia, éste mantiene su apuesta, manteniendo las habitaciones llenas y sus planes de expansión intactos. El control de la actividad sísmica revela entonces lo peor: Tianhuo está despertando y la lava se va a apoderar de la isla. El espectáculo está servido.

Skyfire nos da lo que promete: una cinta de catástrofes con un volcán dispuesto a arrasar todo. O lo que es lo mismo, un espectáculo de efectos digitales, muchas aventuras y unos cuantos personajes a los que seguir mientras intentan salvar la vida. Aunque con bandera China, la película sigue los esquemas de Hollywood con un guion del todo previsible pero no por ello menos efectivo. Entre una huida y otra no falta el magnate inconsciente, interpretado por Jason Isaacs (el mismísimo Lucius Malfoy del universo Potter), los científicos con una difícil relación padre-hija, a los que dan vida Wang Xueqi, al que ya vimos en Iron Man 3 y Hannah Quinlivan, que después de aparecer en el Rascacielos de Dwayne Johnson vuelve al subgénero. Dentro de la parte del reparto chino destacar a la pareja de recién prometidos del film formada por Shawn Dou (aquel joven de Amor bajo el espino blanco) y la también cantante An Bai.

El protagonista… el volcán

Por supuesto, el gran protagonista es el volcán, o mejor dicho sus consecuencias en las diferentes localizaciones del film. Y ahí es donde brilla la película, en las escenas de acción, algunas tan espectaculares (e improbables) como la huida en el teleférico, o especialmente la escena bajo agua de la pareja de prometidos. Tras la puesta en situación inicial de personajes, el film se convierte en una escena de acción continua, con un ritmo implacable. Esta es una gran producción, y hay que decir que eso se traslada a la pantalla. Cinco años de preparación, dos de rodaje y postproducción – según los productores hasta el 80% de las escenas contienen efectos especiales-, 20 toneladas de ceniza volcánica utilizada, 500 kilos de explosivos…. y un equipo formado por miembros de hasta 17 países.

Esa internacionalidad comienza por Simon West, director bragado en todo tipo de grandes producciones (Con Air, Tomb Raider), que aporta su experiencia. Dice West que una de las diferencias entre el público de China y el occidental, es que, mientras el público chino busca la emoción y la crudeza, en occidente estamos mucho más preocupados por una historia con sentido y sin agujeros en el guion. Tomando estas declaraciones como referencia, Skyfire es una película pensada para el público de China sin ninguna duda, o para el público occidental menos quisquilloso, un puro divertimento en el que más vale no dar demasiadas vueltas a las situaciones y disfrutar con el espectáculo que se nos presenta en la pantalla.

Un texto de Víctor Muñoz

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