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Sombra, un wuxia monocromático filmado en color

16/05/2019

No es fácil para un director de cine adaptarse a las nuevas tendencias, a los nuevos tiempos. El realizador chino Zhang Yimou lo viene haciendo desde que en el año 1988 dirigiera su primera película Sorgo Rojo que marcaría el inicio de la Quinta Generación de directores chinos tras la Revolución Cultural. Con 32 películas hasta la fecha, Zhang Yimou ha sabido pasar del drama costumbrista, a la crítica social, pasando por el minimalismo existencial, el drama romántico o el wuxia. Y lo que es mejor: siempre ha tenido la capacidad de reinventarse como si se tratase de un camaleón, capaz de tomar la forma que quiera con tal de adaptarse a su entorno.

La historia de Shadow se sitúa en el período de los Tres Reinos de China (220-280 dC) donde tras un tiempo de batallas, dos reinos se encuentran en equilibrio. Por un lado, se encuentra la ciudad de Jingzhou, liderada por el General Yang, siendo su espejo el reino de Pei, gobernado por un monarca preocupado más por las intrigas palaciegas que por el futuro de su pueblo. En las profundidades del castillo de Pei, vive recluido el comandante Yu que secretamente entrena a su “sombra” en un plan secreto.

Con una maestría de la que tan sólo puede hacer gala un maestro, Zhang Yimou coloca las piezas de su historia sobre el circulo donde se encuentra el Ying y el Yang, las dos fuerzas que mueven a la Naturaleza según la filosofía taoísta. Dos fuerzas opuestas y complementarias: el ying, asociado a la tierra, a la oscuridad; y el yang, principio que representa la luz. De este modo los personajes de la película se mueven como en una tragedia shakesperiana, movidos por la pasión, los celos, el honor, el egoísmo y el engaño.

La fotografía de Shadow es de una belleza poética. Tras la explosión de colores de Hero, el naturalismo de La casa de las dagas voladoras o la sobrecarga barroca de La maldición de la flor dorada, Zhang Yimou se sirve en esta ocasión de dos colores, el blanco y el negro… el Ying y el Yang. Una paleta monocromática donde la tonalidad gris inunda la pantalla: desde la lluvia que cae intermitente, hasta el vestuario de los actores o la cueva secreta donde reside el comandante Yu. Más próxima tanto técnica como conceptualmente a Los siete samuráis de Akira Kurosawa que a Tigre y Dragon de Ang Lee, Shadow contiene algunas de las escenas de batalla más imaginativas del año, que sorprenden al espectador por las arriesgadas soluciones que propone Zhang Yimou. Con secuencias como la del duelo entre el General Yang y el comandante Yu que denotan una planificación milimétrica.

Shadow tuvo su estreno mundial en el Festival de cine de Venecia, para después pasar por el Festival de cine de Toronto antes de su estreno en China el 30 de septiembre de 2018 donde ha recaudado cerca de 100 millones de dólares. Nominada en doce categorías en los Golden Horse Film Awards, la película se ha hecho con cuatro de ellos, entre los que se encuentra el premio al Mejor Director.

Cuando todo el mundo creía que el realizador chino Zhang Yimou estaba acabado va y se saca de la manga una de las películas más bellas y poéticas de su filmografía. Shadow habla de la luz y de la oscuridad. Un wuxia monocromático filmado en color. Una maravilla.

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