Haciendo historia
El aficionado al cine coreano sabe que el género de terror no ha sido de gusto popular del país. A pesar de que la industria ha sabido coquetear con él, siempre y cuando las expectativas de venta en otros territorios de Asia o Europa estuvieran en la ecuación. Así es como tras el éxito de The Ring (1998) en Japón, Corea respondió estrenando su propia versión un año más tarde The Ring Virus (1999).
El J-Horror se convirtió en un K-Horror. Del 2000 al 2003 era normal que se produjeran entre 4-5 películas de terror coreanas (fantasma incluido) que se exportaron sin problemas. De todas ellas, A Tale of Two Sisters (Kim Je-woon, 2003), que en nuestro país se estrenó como Dos hermanas, se convirtió en la más sólida de las propuestas, acumulando más de 3 millones de espectadores en Corea. En los últimos años, tan sólo The Wailling (El extraño, Na Hong-jing, 2016), ha sobresalido entre las escasas propuestas de horror producidas por el país. Un film que en Corea fue visto por más de 6 millones de espectadores y que funcionó a la perfección en el mercado español.
El terror coreano en 2020
En este 2020, se han sumado varios títulos de terror en la industria coreana. Entre ellos destacan The Closet (estrenada en febrero, antes de la pandemia, y que pudimos ver en el Festival Nits de Cinema Oriental de Vic) y The Call (El teléfono), una producción de Next Entertaiment World, destinada a estrenarse en salas de cine, pero que la segunda ola de la COVID, ha llevado a convertirla en un estreno mundial online el pasado 27 de noviembre en Netflix.
Con guion y dirección del debutante Lee Chung-hyun la película explora la relación que se establece entre dos jóvenes, Seon-yeon (a la que da vida Park Shin-hye, a la que hemos visto recientemente en #Alive) y Yoon-sook (extraordinaria Jun Jong-seo tras debutar como actriz en Burning). Dos jóvenes que están separadas por el tiempo, pero que viven en la misma casa y están conectadas por un teléfono.
Lo mejor para disfrutar de la película es no conocer nada más acerca de su argumento. Si bien en un principio The Call puede recordar en su planteamiento a otras producciones coreanas como Ditto (Kim Jeong-kwon, 2000), pronto comenzará a tener vida propia y a sorprender al espectador por la dinámica en la que una y otra joven intentarán influir en sus propias vidas, a través del elemento temporal. Nada que objetar al guion, repleto de giros, ni al diseño de producción (los efectos especiales, muy integrados en la narrativa del film, son a la vez ingeniosos y sorprendentes).
Desde A Day (Cho Sun-ho, 2017) la cinematografía coreana no había seguido indagando en un subgénero como es el de los ‘viajes temporales’. Un subgénero que tuvo su mayor apogeo a principios del 2000, con la llegada de la Nueva OIa, con un profundo carácter de política-ficción en películas como 2009: Lost Memories (2000) y Yesterday (2002); o romántico, en la irrepetible Il Mare (2000). En este caso a la ciencia ficción se le une el misterio y el terror, por lo que el éxito está asegurado.
Sin duda, The Call (El teléfono) hubiera colmado las expectativas de los aficionados al género en cualquier festival de cine fantástico. Pero hemos de acostumbrarnos (la pandemia obliga) a que muchas de estas películas van a ser estrenadas directamente en plataformas como Netflix, Amazon… Eso sí, si alguien os llama por teléfono mientras la estéis viendo y os pide ayuda… intentar poner la llamada en espera.
Por Enrique Garcelán (CineAsia)