Ficha Técnica: País: China/Hong Kong Año: 2011 Director: Oxide Pang Con: Aaron Kwok, Liu Kai Chi, Patrick Tam, Izz Tsui, Cheung Siu-Fai Género: Thriller Duración: 101 minutos.
Otra más para el ‘carro’ de este prolífico director, que unas veces firma a medias con su hermano, y otras va por su cuenta. Ya hay 21 títulos en su haber, generalmente navegando entre el thriller y el fantástico todos ellos. En este caso se trata de un thriller pero con asesino en serie de por medio, con lo que se decanta, en cierto modo, hacia el género del terror.
El eje del film es la investigación criminal que lleva a cabo el carismático personaje que interpreta Aaron Kwok, ávido detective privado al que la policía poco aporta más allá de entorpecer. No estamos ante un Seven pero la verdad es que se sigue con bastante interés dada la naturaleza extraña de los crímenes y la dificultad de conectarlos entre sí.
Aunque enseguida nos damos cuenta de que el guión va a apoyar la mayoría de su peso en el giro final, nos va soltando pildoritas, pequeños highlights que nos re-engancharán justo en el momento preciso, cuando estábamos a punto de desviar la atención. Entre estos puntos álgidos resaltaría la secuencia en que el protagonista tiene que disuadir a un loco que quiere degollar a su mujer en medio del mercado, y la hilarante rueda de reconocimiento policial.
Me atrevo a vaticinar que muchos de vosotros adivinaréis el giro antes de que se explique, pero aún así, el clímax tiene cierta fuerza, pues somete a nuestro protagonista a una disyuntiva harto dura de resolver. Y he ahí la parte más valiente del guión, ya lo veréis.
En definitiva, un título standard pero con las suficientes dosis de acierto como para pasar un buen rato.
Lo mejor: El protagonista y la resolución del clímax final.
Lo peor: Hacer un thriller innovador no es tan fácil.
De nuestro colaborador Óscar Sueiro