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Un Cannes con presencia asiática, pero no tanto

01/06/2011

La 64ª edición del Festival de Cannes, celebrado entre el 11 y el 22 de Mayo, y que contó con la presencia de nombres tan importantes como Terrence Malick, los hermanos Dardenne, Pedro Almodóvar o Lars von Trier, vio reducida la participación asiática en relación a ediciones precedentes, pero films como Harakiri de Takashi Miike o Wu Xia de Peter Ho-Sun Chan demuestran la vitalidad de una cinematografía que lejos de entrar en crísis, se reinventa así misma.

Hacemos un repaso a la producciones asiáticas vistas en el festival.

Sección Oficial A competición:

Menos películas que en otras ocasiones a competición. Sólo dos:

HANEZU, de Naomi Kawase. Una película muy contemplativa, en la línea habitual de esta cineasta-poeta. Es un cine que exige un esfuerzo, en el que entras o no entras. La película cuenta como pasa la vida para sus dos protagonistas, Takumi y Kayoko, que viven en la región de Asuka. Aquí hay tres montañas que los antiguos habitantes creían habitadas por dioses: dos de ellas rivalizaban por el amor de la tercera. Una vez más, espacio físico, la naturaleza se erige en protagonista de igual importancia que los seres humanos que la pueblan.

HARAKIRI: DEATH OF A SAMURAI, de Takashi Miike. Película de época con un hermoso diseño artístico y una gran dirección de actores. Cuenta la historia de un samurái que quiere morir dignamente haciéndose el hara-kiri en la residencia de un importante clan. El intendente del mismo intenta convencerle de que no se suicide contándole una terrible historia. Pero detrás de las intenciones del samurái hay un no desvelado deseo de venganza. Una película interesante, un buen Miike en la línea de sus películas épicas, alejadas de sus más desquiciadas y divertidas películas fantásticas o terroríficas.

Sección Oficial Fuera de competición:

WU XIA, de Peter Ho-Sun Chan. Thriller de artes marciales dirigido por este excelente director de películas de acción, que sigue la investigación minuciosa de un detective, durante la dinastía Qing, que va a desvelar un misterio que recuerda a “Una historia de violencia” de Cronemberg. Narrada con gran elegancia y gusto por el detalle, es una película que se ve con agrado.

Sesión especial:

DUCH, LE MAÎTRE DES FORGES DE L’ENFER, de Rithy Panh. Panh vuelve a centrar su atención en la mortífera maquinaria  de los kemeres rojos, pero no añade nada a su obra maestra “S21 La máquina de muerte de los kemeres rojos”, uno de los documentos más escalofriantes que existen sobre el genocidio y sobre cómo un ser humano puede transformase en un torturador y en un asesino. Aquí sigue los pasos de “Duch”, apodo de uno de los mayores responsables de las atrocidades y el primero de los kemeres rojos llevado ante una corte penal internacional.

Una cierta mirada:

ARIRANG, de Kim Ki-Duk. Una película extraña, radical, en la que el realizador desvela sus pensamientos más íntimos, sus más personales frustraciones, en una línea de películas que continuará con su siguiente realización, “Amén”.

TATSUMI, de Eric Koo. Bonita película que hará las delicias de los seguidores del dibujante gráfico Tatsumi. Cuenta la vida de este mangaka utilizando diferentes técnicas y diferentes propuestas estéticas,

THE YELLOW SEA, de Na Hong-Jin. Brutal esperado thriller del realizador de “The Chaser”, contado con fuerza y gran sabiduría cinematográfica y que se beneficia del trabajo de unos grandes actores. La lastra un poco su excesivo metraje, pero sigue siendo una gran película.

THE DAY HE ARRIVES, de Hong Sang-Soo. Ligera comedia, muy agradable, que se ve con interés, pero que pasa con levedad y se olvida fácilmente.

Quincena de Realizadores:

GUILTY of ROMANCE, de Sion Sono. Una mujer casada con un célebre escritor de novelas románticas no encuentra ningún aliciente en su repetitiva vida. Un día posa desnuda y practica sexo delante de una cámara. A continuación comienza a prostituirse y empieza a disfrutar del sexo fuera de su vida familiar que continua inalterable. Sion Sono filma otro descenso a la cara oculta de los deseos y frustraciones del ser humano y lo hace con una película sensual y llena de matices que remite a películas como “Belle de Jour” de Buñuel. Una pequeña joya, excitante e inquietante a partes iguales.

Por nuestro colaborador José Luis Rebordinos

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