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Una inusual película de animación que te conquista el corazón

08/06/2024

La línea de juguetes de Sylvanian Families salieron a la luz por primera vez en 1985 y están fabricadas por EPOCH, empresa japonesa de juguetes responsable también de la producción y distribución de los juguetes de Super Mario. El sello de Sylvanian Families agrupa a los encantadores y refinados muñecos de familias de animales coleccionables, que se caracterizan por sus múltiples y exquisitos accesorios, vehículos, casas y muebles. La línea de juguetes ha recibido en múltiples ocasiones prestigiosos galardones como el de mejor juguete.

Sylvanian Families la película: el regalo de Freya dirigida por por Kazuya Konaka (conocido por estar al frente de la saga de Ultraman y la serie de Astro Boy) es un homenaje al sello de juguetes, introduciendo en la película los tres conceptos básicos de la marca: el amor a la naturaleza, la familia y la sostenibilidad.

Una película capitular

Etimológicamente la palabra Sylvanian significa ‘pertenecer al bosque’. Aunque también es el nombre de la aldea en la que viven en armonía desde conejos a ardillas, pasando por ratones, focas y pingüinos. Se acerca el día de la celebración del Día de la Estrella, aunque la protagonista de nuestra historia, la Coneja de Chocolate Freya está preocupada porque todavía no ha encontrado el regalo para su madre. Sus hermanos se le han adelantado. Alentada por alguno de sus amigos, Freya vivirá varias aventuras que la llevarán a encontrar el ‘Árbol del Año’.

Dividida en cuatro capítulos y un epílogo, la película recrea a lo largo de cincuenta minutos las aventuras que vivirá Freya y que la llevarán a descubrir salir de su zona de confort, en aras de buscar algo que no sólo disfrute ella, sino que pueda convertirse en un momento mágico para otras personas. A partir de sus errores, la joven Coneja descubrirá que a pesar de lo bonita que es su Aldea, también hay otros lugares que explorar.

Un filme destinado a que las familias puedan compartir un momento para recordar en casa y poder reflexionar a partir de lo que han visto. La animación al servicio de la educación y de la sostenibilidad.

¿Merece la pena ir al cine a verla?

Desde luego que sí.

Una crítica de Enrique Garcelán

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